Este pueblo serrano es más conocido por el Triatlón de Guadalajara y por el embalse que por sí mismo. Se dice que un lugar se conoce por los detalles, y Pálmaces tiene algunos que lo hacen único: la ermita de San Roque que mira al pantano, la plaza mayor dominada por la iglesia y el frontón, …
La iglesia, de buen tamaño y estilo barroco (siglo XVII) contiene algunos detalles que evocan tiempos más gloriosos: la portada, el púlpito y su escalera, … La casa de las palomas (siglo XII) en unos huecos de la roca por debajo de la presa, el casco urbano, casonas con escudos de hidalguía (incluso uno de la Inquisición) y su plaza mayor, además del embalse, justifican tu visita.
Desde siempre perteneció a la villa de Jadraque, según manifiestan sus vecinos en las Relaciones Topográficas de Felipe II, donde indican no saber el origen del nombre aunque podría ser de raíz latina (Palmacio). Es citado en la Cronica de Sampiro, cuando el rey Ordoño II llegó hasta aquí en el año 917 en una incursión por tierra de moros. Mencionan que en su término hay ruinas del castillo de Ynesques.
Decían ser pobres y que se dedicaban a la agricultura, la leña y la ganadería. Hoy, estas actividades apenas son un recuerdo. El turismo rural y las actividades náuticas, animadas por el Triatlón, animan la economía local. ¡Date una vuelta! Me lo agradecerás.
Lar-ami
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