La plaga apareció por vez primera en Europa en 1994, en España, en Almuñecar. Tanto aquella vez como las posteriores introducciones en diversos puntos de Andalucía oriental, Murcia y Levante, ha llegado a través de palmeras infectadas procedentes de Egipto u otros países del norte de África. La especie es originaria del sureste asiático.
En 2005 esta plaga se detectó en el Palmeral de Elche, considerado el mayor palmeral de Europa. En las Islas Canarias amenaza al Phoenix canariensis (palmera canaria). Este insecto es capaz de matar a un ejemplar adulto en menos de un año.
En estos momentos, en España, el procedimiento adoptado es la destrucción de la palmera. Pero la destrucción, obligatoria y sistemática de las palmeras infestadas es contraproducente. Es una medida que desanima pronto a los municipios y a los particulares en la labor de vigilancia de sus palmeras, labor necesaria, para detectar a tiempo las palmeras atacadas. Si se quiere impedir la expansión de esta plaga, es necesario establecer rápidamente una estrategia de control integrado, cuyos pilares deben ser la detección prematura de las palmeras infestadas, desde la aparición de los primeros síntomas, y su tratamiento inmediato.La propagación del picudo es el resultado de la dispersión masiva de palmeras infestadas. Por esta razón, es importante adoptar urgentemente medidas reglamentarias de control de la importación y del movimiento de las palmeras.