Este fenómeno no es exclusivo ni mucho menos del territorio de Gozón, ya que la torcaza, como se la llama aquí, es cada vez más numerosa en muchas otras zonas. En los parques de las ciudades, por ejemplo, ya hay muchas parejas establecidas. Y es que la paloma torcaz al igual que otras especies, como el ánade real por ejemplo, ha perdido buena parte de su timidez y soporta cada vez en mayor medida la presencia de los humanos. Muchas de ellas han perdido también su instinto migratorio y permanecen todo el año entre nosotros.
En esta época las palomas son más esquivas y permanecen en parejas criando a sus pollos, pero con la llegada del otoño se unen en grupos que vagan por las tierras de labor. Estas fotos las obtuve hace unos días a un ejemplar que se alimentaba en una tierra recién arada por la zona de Viodo.