Ahora que nos encontramos ya en plena primavera, que nos traerá por doquier unos campos en flor que llamarán sin duda nuestra atención en nuestros paseos por ellos, nos encontraremos con que el cambiante paisaje que nos será dado observar, impresionará de súbito nuestra retina y nos hará soñar con un mundo mucho más amable y con grandes deseos de querer vivir más al aire libre. Y en estos paseos por esos campos en flor de nuestra tierra, va a ocurrir que en más de una localidad nos vamos a topar de lleno con un tipo de construcción del pasado que hace referencia a una arquitectura popular muy particular -la llamada arquitectura de tierra-, que en su primigenia fuera el origen de nuestros palomares.
Cuya utilidad práctica habría que buscarla, como sabemos, en la crianza de palomas y pichones para el consumo familiar. Que, en su momento, bien puede decirse que contribuyeron de una manera efectiva al sostenimiento económico de muchas familias. Nuestra provincia, a la vista está todavía hoy en día, se nos muestra rica en este tipo de construcciones, situadas siempre en pleno campo, en los alrededores del pueblo y edificadas con la materia prima que se localizaba fácil en el lugar, el barro y su transformación en adobe que, por otra parte, resultaba ser un elemento de un gran poder como aislante térmico. Y, desde luego, perfectamente integradas en el conjunto paisajístico del lugar y formando una identidad única con el propio municipio y el territorio circundante. Mucho de todo ello, lo podemos encontrar cercano frente a nosotros, visitando el Centro Temático del Palomar que, desde hace varios años, se ubica en la localidad de Santoyo.
Aún hoy, recorriendo la provincia, pero de manera particular en nuestra amplia Comarca de Tierra de Campos, podemos encontrarnos todavía con muchos de estos palomares que, enclavados de una manera diseminada a lo largo de buena parte de nuestro territorio, lucen su gallarda estructura en medio del paisaje que los envuelve; mostrándose a la contemplación con su arquitectura típica y sus diferentes formas: circular, cuadrada o rectangular principalmente. Con el paso del tiempo, la mayoría de ellos fueron perdiendo su utilidad al difuminarse poco a poco el uso para el que se construyeron, y terminaron abandonados a su propia suerte, con el correspondiente deterioro en sus construcciones, dejando a la vista, eso sí, su particular estructura interior, que es digna de conocer, por otra parte.
Pero en el momento actual, quizás ya demasiado tarde para muchos de ellos, pudiera decirse que estamos asistiendo como a un resurgir de esta llamada arquitectura de tierra, gracias en parte a las ayudas económicas recibidas de las instituciones provinciales a través de un programa concreto de rehabilitación de estas construcciones. Que, a juzgar por los resultados que se pueden ver en muchas de estas localidades donde originariamente existió tal construcción, se ha propiciado una especie de giro en positivo hacia la reconstrucción de algunos de estos palomares, con lo que esto representa de provechoso también en la restitución del paisaje.
Claro que el lograr luego que las bandadas de palomas que sobrevuelan hoy nuestros campos y nuestros pueblos, con especial anclaje en las torres de sus iglesias, regresen a estos palomares recién adecentados y rehabilitados, sería ya otra historia quizás no al alcance de todo el mundo; donde supongo que los amigos de las palomas que tienen en su cría y cuidado posterior su mayor interés y afición, se encontrarán en cambio en su salsa. Sin necesidad, empero, de llegar a entrar en el campo de la "colombicultura" en sentido estricto, donde estaríamos hablando ya de la cría y adiestramiento de palomas para convertirlas en palomas mensajeras; que esas serían ya palabras mayores. De momento, quedémonos con ese cierto espíritu actual de, con base en las ayudas institucionales, querer reconstruir y rehabilitar algunos de los palomares de nuestra provincia que, por otra parte, habría que decir que están mayormente catalogados y ubicados en sus localidades de origen a lo largo de toda la provincia.
Una idea de Javier para Curiosón