Cada 6 de julio, vuelve a los telediarios la imagen del lanzamiento del chupinazo que da comienzo al inicio de los Sanfermines.
Son muchas las personas que viajan desde todas partes del mundo para atarse el pañuelo rojo al cuello y terminar cantando el famoso “pobre de mí” delante de la plaza del ayuntamiento de Pamplona rodeados de otras 12.000 personas.
Este momento era lo que a nosotros nos venía a la cabeza cuando alguien nos hablaba de Pamplona: Sanfermines y espárragos Cojonudos, para que nos vamos a engañar.
Peroooo… ¿qué pasa el resto del año por allí? ¿Merece la pena darse un salto a Pamplona para una escapada de fin de semana? ¿Es un destino recomendable para recorrerlo con niños?
La respuesta a las tres preguntas es sí, sí y sí. En materia de turismo de cercanía, es un destino en el que se puede disfrutar mucho en familia. Aquí te enumeramos varios motivos:
Pamplona, una ciudad muy verde
Pamplona presume de ser una de las ciudades españolas con más zonas verdes urbanas. Se calcula aproximadamente un árbol por habitante (alrededor de unos 200.000).
Cumpliendo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que fija entre 10-15 metros cuadrados por habitante la superficie idónea de zona verde urbana.
Lo que más nos ha gustado de los parques de Pamplona, es que van más allá de una zona con columpios.
Hay árboles, espacio para pasear, patinar o montar en bicicleta, explanadas de césped para picnics, bancos para sentarse, fuentes, baños públicos, terraza o cafetería en la que reponer fuerzas o sentarse a leer y hasta unos fosos en los que habitan pavos reales, ciervos y cisnes, entre otros animales.
El parque de la Taconera, el parque Yamaguchi, el parque de la Media Luna, el parque Antoniutti….
Lo difícil es echarse a andar y no terminar en un parque en Pamplona.
Los pintxos y el resto de la gastronomía
Por todos es sabido que en el norte se come muy bien. Cierto es, que no se caracteriza por ser una de las zonas de España en las que se come más barato, pero es que se cuida mucho la calidad de la materia prima.
Aquí también es costumbre lo de salir a tomar pintxos y cada local tiene su especialidad. Lo ideal, si hay oportunidad, es preguntarle a alguien que viva habitualmente en la ciudad para que puedas hacerte una ruta en la que probar lo mejor de lo mejor.
Algunos de los pintxos más conocidos son el de huevo de El Río, los mejillones de la Mejillonera, las croquetas y el foie de El Gaucho o la bomba de pimientos de el Mandarra.
En este post escribimos todas las recomendaciones que nos pasaron los pamplonicas que nos siguen habitualmente.
No nos dio tiempo de a ir todas, pero damos fe que las que probamos merecían mención.
Nos gustó además, ver en la puerta de casi todos los bares un cuenco con agua para los perros.
El centro peatonal y lo cerca que está todo
Para los que vivimos en grandes ciudades, se agradece mucho eso de poder ir caminando a cualquier parte. Pero es que lo de ir con niños pequeños y poder eliminar la tensión que genera el tráfico, lleva a las ciudades a otro nivel.
El centro de Pamplona es para los peatones y esto repercute positivamente en todos sus habitantes y también en el propio patrimonio cultural que se encuentra repartido por todas sus calles.
La parte histórica y la vida cultural
Pamplona era el primer núcleo urbano que se encontraban al cruzar los Pirineos los peregrinos que venían recorriendo el Camino de Santiago francés. Es una ciudad amurallada, con historias de vascones que recuerdan a las de los irreduptibles Galos de Astérix y Obelix y con una amplia actividad cultural que se reparte a lo largo de todo el año.
Personalmente, disfrutamos mucho de la visita teatralizada a las murallas muy bien enfocada para niños. Un montón de historias y anécdotas que terminan con un combate real de los caballeros de la orden de la Jarra y la visita a un frontón.
A lo largo de las explicaciones van haciendo partícipes a los niños y se hace realmente ameno.
El precio de la visita es prácticamente simbólico (3 euros adultos y 1,65 euros niños), pero es importante reservar con antelación en la oficina de turismo porque está muy demandada.
Si tu idea es dirigirte a Navarra con tiempo para recorrerla, guarda unos días para descubrir Pamplona (en fin de semana mejor que tiene más ambiente de pintxos) y si andas buscando una escapada de fin de semana, que sepas que es buen sitio al que ir a disfrutar de comer bien y darse una buena dosis de aire puro en familia.
La entrada Pamplona, más allá de los Sanfermines se publicó primero en Mejor Época para Viajar.