- Pan de hogaza.
- Tomate maduro.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Ajo.
- Sal.
- Jamón serrano, pavo, salchichón, chorizo, queso…
Compramos las rebanadas cortadas o las cortamos con un par de centímetros de grosos y las ponemos a tostar en una plancha o tostadora. Luego cogemos el diente de ajo y lo pasamos por encima de las rebanadas, restregándolo bien. En función de cómo os guste de intenso le podéis dar varias pasadas o sólo una.
A continuación, partís el tomate y lo pasáis también por encima del pan, hay que espachurrarlo bien para que salga todo el jugo, parte de su carne y por supuesto las pepitas. Hay gente que lo mete en la batidora sin piel, lo bate y luego lo echa por encima de la rebanada de pan, pero a mí me gusta más así. Luego añadimos sal al gusto y un aceite bueno, en este caso he utilizado variedad picual, que le da un sabor delicioso y ya está listo para comer. Si queréis que esté aún más rico y con más consistencia, añadirle algo de embutido, lo más usual es jamón serrano, pero también está delicioso con pavo, salchichón, queso o chorizo.