Hemos utilizado esta receta de Gastronomía y cía (gracias por pasárnosla, Mónica ^-^), dándole una vuelta.
El resultado es estupendo, con una miga consistente para que la tostada no nos amargue la mañana haciéndose migas al untar la mantequilla ;)
Ingredientes: 520 gramos de harina integral o 450 gramos de harina de fuerza + 70 gramos de salvado de trigo 12 gramos de levadura fresca de panadero o 4 gramos de levadura seca de panadero 140 gramos de leche (nosotros usamos desnatada) 185 gramos de agua 1 huevo 1 cucharadita de sal 1 cucharada de miel 100 gramos de frutos secos Aceite
Preparación: 1. Disuelve la levadura (tanto si es seca, como fresca) en la mitad de agua tibia (nunca hirviendo). La levadura seca de panadería es distinta al impulsor químico (la levadura Royal). Fíjate bien a la hora de comprarlo.
2. Coloca la harina en un cuenco amplio y añade la leche, el huevo previamente batido, la levadura, la sal, la miel y el resto del agua y mezcla con ayuda de una espátula.
3. Engrásate las manos con el aceite y pon un chorrito más en la mesa de trabajo. Vuelca la masa y amasa durante un par de minutos. La masa debe quedar un poco pegajosa, pero fácil de manejar.
4. Añade los frutos secos y mezcla bien. Yo utilicé una mezcla para ensaladas que llevaba pipas de girasol y calabaza y piñones. Puedes añadir avellanas, nueces, uvas pasas...
5. Forma una bola con la masa, déjala en un bol engrasado y tápala con un paño de cocina limpio. Deja levar la masa durante una hora en un sitio cálido y sin corrientes de aire.
7. Deja reposar durante otros 45 minutos dentro del molde.
9. Deja templar, desmolda y deja que el pan enfríe sobre una rejilla.
* A pesar de haberle añadido la miel, el pan no sabe dulce, pero podemos reducir el tiempo de levado de la masa. * Si prefieres el pan blanco, cambia la harina integral por harina blanca de fuerza. * Nosotros conservamos el pan en una caja metálica, pero también puedes envolverlo en un paño de cocina o guardarlo en una bolsa de tela.