Pero esto está cambiando. Poco a poco, a mi manera, a mi ritmo, voy haciendo mis pinitos y disfrutando de los resultados. Y tengo que dar las gracias por ello al reto Bake the world y a la gente que se esconde tras el porque me han dado el empujón que necesitaba.
La propuesta para este mes no me ha podido gustar más: pan de soda irlandés.
Un pan sobre el que había leído en otros blogs y libros de cocina pero que no había tenido el placer de probar. Y no me refiero a hacer sino a comer.
Uno de los libros que, hace ya la friolera de 10 años, me acompañó en el traslado de Londres a Madrid es "How to cook: book one" de la cocinera y escritora británica Delia Smith. Un libro que recoje una amplia variedad de recetas básicas explicadas de manera clara y sencilla, perfecto para principiantes, entre las que se encuentra la que hoy ocupa esta entrada.
A pesar de ser un pan de fácil elaboración, yo me encontré con una dificultad: una masa de consistencia líquida y pegajosa imposible de manipular que se habría desparramado sobre la bandeja del horno de haberla puesto en ella.
Con más miedo que vergüenza, me decidí por añadir más harina a la masa para espesarla. Aún así, no conseguí una masa sobre la que poder practicar los cortes transversales tan característicos de este pan. Seguía estando blanda pero no quise pasarme con la harina por si las moscas...¡no me apetecía terminar con un pan duro como un ladrillo en mi mesa!
Para mantener la forma, horneé el pan en un molde desmoldable engrasado. De ahí que saliera taaaaan redondito :)
La receta que os cuento a continuación no es la original del libro, indico los cambios entre paréntesis.
Sea como fuere, el resultado nos pareció FA-BU-LO-SO. Un pan de miga sabrosa y tierna, de una densidad perfecta, con una corteza crujiente y dorada. Delicioso para disfrutar tanto en el momento, recién salido del horno, como rebanado y tostado al día siguiente.
Si quieres un trocito...sigue leyendo :) Necesitamos
- 225 grs de harina integral (175 grs en la receta original)
- 100 grs de harina de trigo de todo uso (50 grs en la receta original)
- 50 grs de copos de avena
- 25 grs de salvado de trigo
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 1/2 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de azúcar
- 1 huevo "L", batido
- 275 ml de suero de leche (ver nota)
Mezclamos todos los ingredientes secos en un cuenco amplio.
Batimos el huevo junto con el suero de leche y lo añadimos al cuenco de los ingredientes secos.
Removemos. Inicialmente con un tenedor o cuchara y terminamos de mezclar con las puntas de los dedos, con suavidad.
Colocamos la masa sobre una bandeja de horno (o dentro de un molde desmoldable engrasado si queremos una forma redondeada) y horneamos durante 40-45 minutos.
Dejamos enfriar sobre una rejilla metálica cubierto con un trapo de cocina.
- El suero de leche, también conocido como buttermilk, se puede encontrar ya preparado en algunos supermercados en la zona de refrigerados junto a la mantequilla, nata líquida, etc. Si no lo encuentras, como ha sido mi caso, lo puedes preparar en casa. Para ello mezclamos 275 ml de leche junto con 20 ml de zumo de limón y lo dejamos reposar 10 minutos a temperatura ambiente. Transcurrido este tiempo tendremos un suero de leche casero tan bueno o mejor que el comprado.