Pan y circo y viceversa

Publicado el 03 abril 2020 por Astubez
El pasado 26 de marzo se publicó un artículo en el diario británico «The Guardian» en el que se preguntaban por qué el Gobierno de España lo ha hecho tan rematadamente mal teniendo en consideración lo acontecido en países tan próximos como Italia o Irán. Podríamos decirles que bastante tienen con lo que se les viene encima;  podríamos hacer mofa y befa con su descabellado plan inicial de contención al virus, consistente en dejar que la población se contagie para así crear anticuerpos. Lo que verdaderamente podríamos hacer —aunque nosotros no estamos para dar consejos a nadie, y menos un servidor— es recomendarles que hagan autocrítica de la gestión interna de su país, que bien la merece. 
Reírse de los españoles es una costumbre muy francesa e inglesa. Es una suerte de pasatiempo o «Hobby». No cabe duda de que si el maldito virus de procedencia incierta no hubiera llegado a las islas, nuestros vecinos del norte se hubieran partido de la risa con la gestión del Gobierno. Siempre nos tuvieron mucha inquina. La leyenda negra y tal. Que sí, que hay bastante de eso, pero no todo es leyenda negra. En esta ocasión tenían razón para reír a mandíbula batiente. 
En España tenemos lo que nos merecemos. Ni más ni menos. Me río yo de aquellos que aseguran que «tranquilos, ya se depurarán responsabilidades». Se va a depurar una mierda, y bien grande. Del tamaño del casoplón de Iglesias e Ireno (y viceversa). El desgobierno de Sánchez va a seguir riéndose en nuestra puñetera cara todo el tiempo que quieran. Y esto es así porque nadie se lo va a impedir.
Los españoles somos —y yo el primero— unos cobardes que no vemos más allá de la cotidianidad que nos da el trabajo y las distracciones de la telebasura, que abarca desde los programas de actualidad política —en el que un Sectario pone las etiquetas políticas y dice a su audiencia, adormecida y lela, a qué partido debe votar— hasta los de crónica social, porque la vida, obra, milagros y vicisitudes de Paquirrín y demás criaturas de este ruedo ibérico preocupa (y mucho) a esta sociedad aborregada e idiotizada. Y mucho que importa: a las masas hay que aplacarlas. Que no piensen demasiado. Servicio esencialísimo. Pan y circo. Fútbol y Ferreras. Fortnite y fornique.
Fuimos, somos y seremos unos cobardes, quizá de manera inconsciente, porque está impreso en nuestra naturaleza, en nuestro ADN. Por ejemplo, todos los Austrias abusaron de las arcas castellanas para subvencionar sus caprichos expansionistas. Todos nos convencemos de que, bueno, Carlos V y Felipe II fueron los mejores reyes de la historia de España y ese gasto estaba más que justificado porque los enemigos de España... Puro blablablá. Lo cierto es que de Imperio español nada, imperio de la casa de Austria más bien. Eso sí, el dinero y la sangre de España, naturalmente. ¿Para qué pedir dinero a los príncipes alemanes, en el caso de Carlos V, teniendo a los sumisos castellanos? ¿Qué hicimos tras la revolución comunera? ¿Y Flandes? ¿Qué utilidad tenía, lejos del obstinado capricho de un monarca al que injustamente se le llama "el Rey prudente". Nada hicimos y nada haremos.
Tenemos lo que nos merecemos. Tengo lo que me merezco.
Tiempos de oprobio.

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