PAÑALES DE TELA III. Su uso y disfrute (y lavado)

Por Virginiayvera @Lazvy
Una vez que nos hemos decidido a usar los Pañales de tela tras sopesar sus ventajas y desventajas y tenemos todo lo que necesitamos, nos hacemos las valientes y comenzamos a usarlos.
Cuando tenemos en casa nuestra montaña de pañales a estrenar, debemos lavarlos al menos dos veces antes de usarlos. Los pañales y absorbentes mejoran su capacidad de absorción con los lavados. 
MONTAJE
Esto quiero aclararlo porque alguna ya me habéis preguntado dónde va el forro y tal....
  1. Sobre la base, que será el cobertor o el pañal propiamente dicho (según los tipos que vimos en el post anterior), colocamos los absorbentes
  2. Los absorbentes irán encima o en un bolsillo dependiendo de nuestro pañal. Colocamos uno o  dos (eligiendo entre los de microfibra, bambú, etc) según sean nuestras necesidades (bebé meón, si es de noche...)
  3. Opcionalmente podemos colocar un trozo de forro deschable encima. Si sabemos adivinar cuándo hará caquita nuestro bebé lo podemos usar sólo en ese cambio. Si no... puedes usarlo en todos!

Cobertor o pañal+absrobente+ trozo de forro desechable (opcional)


CAMBIO DE PAÑAL
Este paso es bastante parecido al que haríamos con un pañal desechable normal.
  1. Tener las manos limpias a base de agua y jabón
  2. Intentar tener todo listo. Con un bebé en un cambiador no te puedes dar paseos porque se te haya olvidado algo... Así que debemos tener el área preparada (toallitas o agua con esponja, pañal montado, cremas, forro...)
  3. Se quitan igual que los nomales, pero podéis ver esto más detallado en esta página (ya sabéis que la curiosidad no tiene límites). Así lo desabrochamos, ya sean con velcro o snaps, y retiramos. Si ha hecho caquita y llevábamos el forro desechable, lo podemos retirar y desechar en el WC. Si no, lo guardamos todo para lavar en el cubo. 
  4. Si estamos fuera de casa deberíamos llevar una bolsita para guardarlo
  5. Si quitando el forro el pañal sigue sucio o queremos darle un aclarado, lo ideal es extender la alcachofa de la ducha hasta el water y quitar todo lo posible. La caquita del bebé lactante se quita fácilmente y puede meterse en la lavadora.
  6. Luego guárdalo en el cubo que tengas destinado para su almacenaje hasta el lavado
  7. Vuelve a lavarte las manos

LAVADO Y CUIDADOS
Una vez que ya los hemos usados, toca la tarea del lavado. Yo debo decir que me sorprendió ver que no se tardaba tanto. Yo he optado por pañales cómodos sin tanta pieza y por la rutina que me es más fácil. La cuestión es encontrar la tuya propia.
Puede que cada pañal según su provedor necesite algún cuidado específico pero yo voy a contar lo que vale para la mayoría.
  1. Se les puede dar un aclarado previo. Ya os he dicho que el forro puede ir al water y quitar los restos con agua. Pero en general pueden ir directamente a la lavadora
  2. No meter más de 12 o 15 pañales por lavado, ya que absorben mucha agua. 
  3. Usar un detergente básico (sin blanqueante ni aroma), no jabón, sin suavizante ni otros productos. El suavizante y o jabón impermeabilizan la tela y bajaría su capacidad de absorción.
  4. Los lavamos con agua templada o caliente, aproximadamente 40º. 
  5. Se les puede dar un prelavado o aclarado extra si lo preferimos. Hay gente que añade un poco de bicarbonato o vinagre blanco para evitar algún olor
  6. Una vez acabado el lavado los tendemos, mejor al sol. Los cobertores salen casi secos y los absorbentes tardan un poco más
  7.  Recogerlos una vez secos y guardarlos para un nuevo uso

Esta imagen creo que sirve de resumen

Y hasta aquí esta trilogía. Ya os iré contando nuevas aventuras sobre este tema. Para todos los reacios a usarlos os diré que no es necesario hacer un cambio radical. Yo misma aún no uso pañales de tela por la noche porque Coquito es muy meona, aún mama muchas veces y se le sale el pis...  Sin embargo, conozco chicas que los usan por la noche y están encantadas.
Yo creo que para sentirnos cómodos, los podemos ir introduciendo poco a poco. Nunca está de más llevar algún pañal desechable extra en el bolso. Ya os dije que huía de los extremos, que mi estilo de crianza era ecléctico.