¡Las bebidas!Para empezar bien el día, qué mejor que un sumiso. Mi hermano pidió el de naranja recién exprimido, servido en una botella de cristal (soy de marketing, y estos detalles de packaging en un servicio de hostelería me encantan!); y para mi, limonada de frambuesa, con ese toque ácido, sin ser desagradable. Y por supuesto ¡cafecito para los hermanos! Que con esto del madrugón (bueno, quien dice madrugón, dice 10 de la mañana), nos vino estupendamente un café con leche y un capuccino.
Para ir entrando en calorMira que hay opciones para esta primera parte del brunch: yogur con frutas, bolleria... y vamos y pedimos los dos lo mismo, los waffles caseros con fresas y azúcar moreno, se ve que lo llevamos en los genes ciertos gustos, y ¡las fresas son uno de ellos! Unos deliciosos y esponjosos waffles cubiertos de fresas con azúcar y canela, que nos encantaron a los dos.
¡A elegir el plato!Pensábamos que esto del brunch iba a ser algo ligerito, en Nueva York nos acostumbramos a unos brunchs muy completos, de esos que hacen que te saltes la comida. Y lo que no esperábamos era encontrarnos uno muy parecido en Madrid, el de Panela&Co. Mi querido hermano A pidió el NY bagel con creamy cheese con salmón, uno bollito típico americano, con un agujero en el centro relleno de un queso suave y cremoso y trozos de salmón, una opción distinta del típico salmón ahumado.Para mi, un básico en los brunchs: huevos Benedictine con salmón ahumado. Uno de los chicos que nos sirvió me dijo que partiera los huevos, que dejase que la yema humedeciese el panecillo sobre el que se encontraba el huevo. Casi muero de amor. Bueno y casi exploto: los huevos venían acompañados de una ensalada verde y de patatas espaciadas cortadas en dados, vamos que aquello era como un plato combinado americano para dos ¡o tres! Acerté de pleno, la crema holandesa, el punto de los huevos, el salmón, ¡eran perfectos!
PANELA&CO www.panelaco.comCalle Lopez de Hoyos, 10. Barrio Salamanca, Madrid
El local, la iluminación, el mobiliario, la carta... y los chicos que están tras el mostrador. Todo está cuidado al detalle, ellos son encantadores, conocen el producto y lo explican a las mil maravillas, aunque a servidora le cuenten que eso que tiene en la mano para endulzar el café no es azúcar, sino algo que no recuerdo el nombre, pero que sí sé que endulzaba poquito, por no haber sido refinado más que una vez. Sin duda indispensable ir a probar sus brunchs, seguirles en su cuenta de instagram y ¡pedir los waffles! Gracias a una buena amiga de mi hermano (tú sabes que va por tí, querida J que el siguiente emoji creo que va ser el de una carita amarilla rodando de tanto comer) por recomendarnos el sitio y por supuesto a mi hermano por invitarme a este estupendo brunch
Todo, por 19€ cada uno.