Panes de leche

Por Juan Fran @ZasOlla
Por fin, ¿aleluya! ¿Sabéis esa maravillosa sensación que te inunda cuando algo que llevas intentando hacer durante mucho tiempo por fin sale? Pues bien, esta receta se ha estado riendo de mí durante tres convocatorias de junio de la carrera. Por alguna maquiavélica y enigmática razón que nunca comprenderé nunca me han salido los panes de leche, y mira que son sencillos, que no tienen complicación ninguna, pero nada. Cincuenta kilos de harina después ya he dado con la forma perfecta de hacerlos y de que salgan blanditos, crujientes y perfectos (imaginad el emoticono con corazones en los ojos por favor). Los panes de leche como más me gustan a mí es calientes con un poco de mantequilla y mermelada de moras, o con un poco de sobrasada y queso calenticos… Si no los tenéis recién horneados podéis tostarlos para que se queden súper crujientes y perfectos. Ya paro, al lío.Ingredientes
  • 500 gr de harina
  • 50 gr de levadura fresca prensada
  • 1 vaso de leche
  • 1 huevo
  • Otro huevo
  • 50gr de mantequilla
  • 50 gr de azúcar
  • Una pizca de sal
  • Esencia de vainilla

PasosVamos a hacer las cosas con antelación. Hay una manera de hacer que las masas que llevan levadura fresca suban bastante mejor. Esto es un truco que pensé en su momento, no se si alguien más lo usa o cómo va la cosa.  Cómo buen biólogo que soy sé que la fermentación es un proceso en el que intervienen microorganismos, Saccharomyces cerevisiaeconcretamente. Bueno, durante el crecimiento de cualquier bicho microscópico (sí, he dicho bicho) siempre hay una fase inicial en la que el bicho en cuestión (sí, lo he vuelto a decir) apenas crece porque está preparándose para poder usar todos los nutrientes que tiene disponibles, y preparar todo el proceso de división celular. A esta fase se la llama fase Lag, y lo que yo planteo es que cuando pongamos la levadura con la harina y el resto de ingredientes la levadura esté más preparada para poder crecer y fermentar más rápido.En fin, después del rollo este, lo que yo hago sacar un rato la levadura del frigo y mezclarla muy bien con el vaso de leche tibia con una cucharada sopera de azúcar. Si calentáis la leche un poco funcionará mejor, pero si lo hacéis tiene que quedarse ligeramente caliente, que si os pasáis las levaduras se quedan fritas. Mezcladlo todo muy bien y ponedlo en el bol grande. Dejadlo así durante unos veinte minutos o media hora, o hasta que veáis que se ha formado una súper espuma de leche y levaduras.El siguiente paso es añadir a esta espuma un poco de sal, un huevo, la mantequilla líquida, el resto del azúcar y una cucharada sopera de extracto de vainilla mezcladlo todo muy muy muy bien para que se quede todo lo más homogéneo posible.Tamizad la harina poco a poco e id integrándola con las manos o con una espátula. Conforme vayáis añadiendo la harina tendréis que pasar a usar las manos de todos modos, pero al principio se forma un buen pringue. Cuando hayáis añadido toda la harina deberíais tener una masa bastante homogénea, y más o menos maleable. Ahora es el momento de amasarla un poco sobre la mesa, para asegurarnos de que todo está perfectamente integrado y mezclado. Añadid un poco de harina sobre una mesa o encimera (o poyata, como dicen en Murcia) y trabajad la masa durante el tiempo que vosotros creáis suficiente, pero no añadáis un exceso de harina o la masa se pondrá demasiado dura. Cuando veáis que tiene buen cuerpo, no está pegajosa y puede manejarse bien formad una bola y hacedle un par de cortes para que respire bien. Tapad con un paño limpio y dejad que fermente durante una hora aproximadamente.Si todo ha ido bien la masa deberá de duplicar su tamaño, o incluso más. Ahora toca volver a amasar la masa para quitarle el exceso de aire. Trabajadla sin miedo, con fuerza. El hecho de que yo esta receta la haya hecho en convocatorias de exámenes no es casualidad. Amasar es bastante relajante y descargas mucha energía, especialmente si estás asqueado de estudiar una de esas asignaturas que se te atraviesan. Bueno, que me enrollo, cuando le hayáis quitado el aire haced bolas con la masa. No os sabría decir de qué tamaño exactamente, pero aproximadamente unos 40 gr. Dadle forma más alargada si queréis y hacedles un par de cortes para que respiren bien. Tapad otra vez con un paño limpio y dejad que fermente sobre media hora, o hasta que veáis que los panes han subido otra vez. Durante este tiempo podéis poner el horno a 200º C para que vaya calentándose.Cuando los panes hayan subido sólo os quedará batir un huevo y pintar los panes para que se queden dorados. Metedlos en el horno a 200ºC durante 15 minutos, pero cómo siempre os digo, no les quitéis el ojo de encima, por si las moscas. Cuándo estén listos sólo tendréis que esperar a que se enfríen un poco y podréis coméroslos con lo que más os guste
Enjoy!