Hoy, en reposiciones de verano toca volver a publicar este post que escribí un estío de hace ya años y años… Quizás no tantos, pero lo cierto es que mi vida, desde aquel momento, ha dado giros tremendos, vueltas inauditas y, la verdad, se ha vuelto bastante menos divertida que en aquel tiempo en el que cualquier anécdota, como este parón de ascensor, daba para unas risas durante un día entero…He elegido esta narración porque sigo igual de maniática y fóbica (no sé si esta palabra existe). La claustrofobia ha ido a peor y sigo teniendo miedo a los espacios cerrados. Y por supuesto, a las familias mafiosas que me puedan asesinar con una mirada.Me parece un relato fresco, divertido y muy veraniego, así que espero que lo disfruten ustedes de nuevo. Ah, y “Los Soprano” resisten muy bien el paso del tiempo, si aún no han visto la serie (¡¡¡no me lo puedo creer!!!) o buscan un entretenimiento tras las horas de playa, no dejen de revisarla. Es una auténtica maravilla.
Hoy, en reposiciones de verano toca volver a publicar este post que escribí un estío de hace ya años y años… Quizás no tantos, pero lo cierto es que mi vida, desde aquel momento, ha dado giros tremendos, vueltas inauditas y, la verdad, se ha vuelto bastante menos divertida que en aquel tiempo en el que cualquier anécdota, como este parón de ascensor, daba para unas risas durante un día entero…He elegido esta narración porque sigo igual de maniática y fóbica (no sé si esta palabra existe). La claustrofobia ha ido a peor y sigo teniendo miedo a los espacios cerrados. Y por supuesto, a las familias mafiosas que me puedan asesinar con una mirada.Me parece un relato fresco, divertido y muy veraniego, así que espero que lo disfruten ustedes de nuevo. Ah, y “Los Soprano” resisten muy bien el paso del tiempo, si aún no han visto la serie (¡¡¡no me lo puedo creer!!!) o buscan un entretenimiento tras las horas de playa, no dejen de revisarla. Es una auténtica maravilla.