Zanja 668, La Habana, podría ser una dirección cualquiera, pero está predestinada a ser el escenario perfecto para una concurrida desgracia.
Se trata de un edificio declarado inhabitable e irreparable desde 1966. Sin embargo en 1981, el inmueble fue catalogado como “albergue de tránsito” por las autoridades de la Dirección Municipal de Vivienda (DMV), quienes desde entonces planificaron su demolición.
Según los registros de la DMV, se habían llevado a cabo la entrega de viviendas para las familias albergadas, y en la década del 90, el inmueble se había demolido. Para asombro de las víctimas durante las reclamaciones, algunos de ellos conocieron que no figuraban como albergados.
Los registros los ubicaban como beneficiarios de apartamentos entregados en un edificio moderno. Otros aparecieron ubicados en diferentes municipios de la capital.
En enero del 2012 se desplomó parte de las estructuras de los pisos. El derrumbe estalló las alarmas institucionales, que enfrentaban la muerte de cuatro personas, entre ellas tres estudiantes de secundaria básica, enterradas por un derrumbe ocurrido a trecientos metros de la ciudadela.
Desde Zanja 668, llega el testimonio de sus moradores por cortesía de Cubanet.
Con información de Cubanet.
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