Al hornearlo y al probarlo me he transportado a mi infancia. Me ha recordado sabores que hacía muchísimo tiempo que no saboreaba. Me recuerdan a esos bollos de antaño, cuando pasaba por una pastelería y despedía ese olor mágico que te transportaba a su interior sin quererlo y te lo tenías que comprar irremediablemente.
- 2 huevos.
- 40 grms de aceite.
- 65 grms de azúcar.
- 40 grms de leche.
- 250 grms de harina.
- Ralladura de 1 limón.
- 20 grms de levadura fresca o 10 grms de levadura liofilizada o de panadería.
- Un chorrito de anís (opcional).
Para la decoración:
- 1 clara de huevo.
- Azúcar granillo.
- Unas gotas de agua.
Preparación:
Disolveremos la levadura en la leche tibia. Posteriormente mezclaremos los huevos, el azúcar, el aceite, la ralladura de limón y el anís. Amasaremos agregando poco a poco la harina a esta mezcla finalmente añadiremos la leche tibia con la levadura. Dejaremos levar hasta que doble su volumen, en un lugar cálido y tapado con un paño. Volveremos a amasar, nuevamente, para desgasificar y formar los panquemaos o haremos uno solo, como fue mi opción. Yo lo coloqué en un molde de plumcake con capacidad para 1 litro, pese a que el original suela tener un capuchón de yema de huevo encima. Dejaremos levar unos 20 minutos y lo pintaremos con clara de huevo batida. Espolvorear con el azúcar que habremos humedecido con unas gotas de agua (tal y como hicimos para el roscón) y hornearemos aproximadamente 40 minutos en horno precalentado a 170º hasta que se vea dorado.