Hoy preparamos unos panqueques súper simples, pero riquísimos. Con una vuelta de rosca para incorporar (una vez más) avena en nuestras recetas.
Panqueques (así les llamamos en gran parte de América - ahora, hasta incluido y aceptado por la Real Academia Española -), waffles (versión anglosajona), gofres (variante de origen belga), panquecas, crépes (versión bretona/francesa), crepas... Varias maneras distintas para designar a esas riquísimas tortitas, más o menos gordas, realizadas en moldes o sartén acorde, de masa de harina, huevos y leche, con algún que otro aditamento.
Pues hoy, nos damos una panzada de panqueques (o como los llamen por allí) de avena y anís que nos dejarán felices por el resto del día. Así, verán, vale la pena empezar un domingo (o cualquier día de la semana).
En un ratito, podés preparar una pila alta de panqueques livianos y muy sabrosos para disfrutar con tu familia o para deleitarte solo (que también se puede y está bien visto). Aquí los ingredientes:
Para comenzar, colocá en un bol 3/4 taza de harina de avena (si no tenés, podés procesar copos de avena hasta convertirlos en harina), 3/4 taza de harina integral fina y 3/4 taza de harina leudante (aquella que incluye los agentes de fermentación o leudado), tamizadas junto con una pizca de sal. Añadí 2 cucharadas colmadas (generosas) de semillas de anís y 2 cucharadas (también generosas) de azúcar integral. Mezclá bien para integrar todos los ingredientes secos. Entonces, realizá un hueco en el centro de la mezcla y agregá 2 huevos batidos y 1 y 1/2 taza de leche (descremada, en mi caso).
Mezclá muy bien con batidor de alambre para unir todos los ingredientes, procurando que no quede ningún grumo.
Dejá descansar la masa (por eso es una receta ideal para arrancar el día con mucha energía y sabor: realizás la masa la noche anterior y a la mañana sólo queda prepararlos...) por una media hora aproximadamente antes de utilizarla.
Calentá una sartén, panquequera o goffrera. Si es antiadherente, no necesitará de ningún medio graso para que no se pegue la masa durante la cocción; si es una sartén común, podés rociarla con rocío vegetal entre panqueque y panqueque (o después de un par de ellos, a lo sumo) o pintarla con manteca pomada/blanda.
Verté la preparación por cucharadas, haciendo que se extienda por toda la base del recipiente que emplées para realizarlos y cociná cada pieza por unos 2 minutos de cada lado (si te gustan algo gorditos como a mí), a fuego medio.
Si los hacés muy finitos, en cuanto comienzan a dorarse y separase los bordes del fondo, voltealos para completar la cocción del otro lado.
Servilos tibios, acompañados de miel (orgánica, la de tu preferencia: monoflorales, de eucaliptos, lavandas, girasoles, cítricas...), mermeladas caseras, quesos crema, compota de frutas o fruta fresca.
Con cualquier acompañamiento, siempre, son una fiesta para los sentidos.
Algunas recomendaciones y observaciones finales: Con estas cantidades se obtienen unos 10 panqueques más o menos gorditos de unos 15 centímetros de diámetro.
Si no tienen harina de avena, como ya les indiqué antes, pueden prepararla procesando los copos de avena. También pueden utilizar germen de avena en lugar de harina de avena.
En lugar de harina leudante, pueden emplear harina común, con el añadido de 2 cucharaditas de polvo para hornear.
Si no cuentan con tazas medidoras de pastelería para medir con exactitud las cantidades de la receta, pueden utilizar una taza o tazón propio (siempre el mismo y respetando las cantidades que se indican en la receta) para reemplazarlas.
Se puede reemplazar la leche de origen animal por la leche vegetal de tu preferencia (avena, almendras, arroz, sésamo/ajonjolí, coco...).
Quedan unos panqueques bien esponjosos, perfumados por el anís y livianos por la avena. Además, al sumarle una rica miel pura, orgánica, libre de químicos, diluyentes y colorantes, convertimos este desayuno en una celebración y en una comida rica en nutrientes: prótidos (proteínas), ácidos y sales minerales.
Espero que mi propuesta los tiente lo suficiente como para que decidan probarla.
Les deseo una excelente semana. ¡Experimenten en la cocina y sean muy felices! Hasta la próxima.