Pantallazo de la Semana - Penguin Adventure

Publicado el 05 junio 2015 por Retromaniac @RetromaniacMag
A mediados de los años ochenta, Konami era una compañía más que asentada en el mercado del ocio electrónico tanto doméstico como en máquinas arcade con una más que considerable cantidad de títulos a sus espaldas. En 1986 ve la luz el título protagonista de nuestro Pantallazo de la Semana, Penguin Adventure, secuela del título de 1983 de la propia Konami Antarctic Adventure. Penguin Adventure es un título que ha ido escalando en popularidad como videojuego de culto entre nuevas generaciones de retrojugones según se engrandecía la figura de cierto ayudante de diseño que participó en su creación.

En el mundillo de los videojuegos se da a veces casos de juegos que acaban alcanzando el estatus de videojuego de culto de manera injusta. Penguin Adventure es uno de estos casos, pero su estatus de juego de culto no es injusto porque el juego no lo merezca, sino todo lo contrario; el juego es mucho mejor y más completo de lo que piensan muchas de las nuevas generaciones atraidas hacia él sólo por el halo que rodea a la figura de Hideo Kojima.
Y es que a medida que se iba engrandeciendo la figura de Hideo Kojima, paralelalemente crecía la fama y estatus de sus primeros trabajos entre aquellos jugones que se criaron con las consolas de 16 y 32 bits, simplemente porque el genio japonés contribuyó a su desarrollo. Sin embargo, Penguin Adventure siempre ha guardado un lugar especial en el corazón de los aficionados a los ordenadores MSX mucho antes de que aquel ayudante de diseño alcanzase el estatus que ostenta en la realidad y lo hizo por motivos propios, mucho más allá de ser "el primer juego en el que trabajó X persona".
La aventura de Penta, el pinguino, queda plasmada en este soberbio juego que destila calidad por los cuatro costados. No sólo es un juego lleno de alardes gráficos casi impensables para una máquina de 8 bits; además cuenta con unos niveles muy bien construidos y bastantes diversos, un gameplay frenético que pone a prueba nuestros reflejos e incluso sutiles toques de RPG con esas "tiendas" donde gastar el pescado recogido en los diferentes niveles. En definitiva, un juego completo y redondo que se merece un lugar en lo más alto del olimpo de los videojuegos por méritos propios y no sólo por ser el primer trabajo de Hideo Kojima.