El encuentro ocurrió en los cuidados jardines del Vaticano, a la sombra de la Basílica de San Pedro, el lugar religioso más neutro en esta pequeña ciudad estado.
El presidente israelí Shimon Peres y el mandatario palestino Mahmud Abás se dieron un abrazo en el vestíbulo del hotel del Vaticano donde Francisco vive, bromearon y se sentaron a ambos lados del papa para una hora de oraciones judías, cristianas y musulmanas en los jardines de la Santa Sede.
Francisco dijo a los dos hombres, que firmaron los acuerdos de paz de Oslo en 1993, que esperaba que la reunión marcara "un nuevo paso" hacia la paz. Agregó que demasiados niños han muerto en la guerra y la violencia y que su recuerdo debería infundir la fuerza y la paciencia para trabajar por el diálogo y la coexistencia.
"Los llamados mediadores al valor, mucho más que la guerra", dijo, "hacen un llamado al valor para decir sí a un encuentro y no al conflicto".
Funcionarios del Vaticano han insistido en que Francisco no tiene agenda política al invitar a los dos líderes a orar en su hogar más que reavivar un deseo de paz. Pero el encuentro podría tener un mayor valor simbólico, dado que Francisco pudo reunirlos tan pronto fracasaron las negociaciones de paz y en momentos en que Israel trata de aislar a Abás.
"En el Medio Oriente los gestos simbólicos y las decisiones graduales son importantes", señaló el reverendo Thomas Reese, veterano analista de asuntos vaticanos para el diario National Catholic Reporter. "Y quién sabe qué conversaciones puede haber a puertas cerradas en el Vaticano".
El encuentro también ha cementado la reputación de Francisco como un líder a quien no le preocupan mucho los protocolos diplomáticos y teológicos y quien está dispuesto a llegar lejos en busca de la paz. Francisco aprovechó tanto su enorme popularidad personal como la herencia de San Francisco de Asís, de quien tomó el nombre, para juntar a las dos partes.
La inusual reunión de oración fue una proeza de protocolo diplomático y religioso, organizada en las dos semanas desde que el pontífice hizo la sorpresiva invitación a Peres y Abás durante una visita a la ciudad bíblica de Belén.
El encuentro ocurrió en los cuidados jardines del Vaticano, a la sombra de la Basílica de San Pedro, el lugar religioso más neutro en esta pequeña ciudad estado.
Al final, Francisco, Peres y Abás se dieron la mano y plantaron un olivo juntos en señal de paz. También estuvo presente el líder espiritual de los cristianos ortodoxos con el fin de ofrecer un frente cristiano unido.
"La paz es un regalo de Dios, pero necesita de nuestros esfuerzos. Seamos gente de paz en oración y en los hechos", dijo Francisco en un mensaje en Twitter. "La oración es poderosa. Usémosla para llevar la paz al Medio Oriente y al mundo", agregó.
Cortesía de : Mundo Cristiano