Mamacangreja y yo, llevamos unos días en los que no cesamos de ver cambios en nuestro "pequeño cangrejito". Pequeño al menos para nosotros, porque él no para de crecer, no para de cambiar. Es lo normal, y es bueno, pero nosotros vamos viendo como se va transformando poco a poco.
No hace mucho que su juguete favorito era un trozo de cartón, con fichas recortadas, que después sustituyó por dinosaurios que corrían de casilla en casilla por todo el tablero. No hace tanto tiempo que pasaba horas dibujando océanos enteros en libretas de papel. Hace nada que desenterraba dinosaurios en bloques de escayola y volaba aviones de papel.
No es que ya no juegue con el tablero reciclado de cartón y con sus dinosaurios, no es que ya no llene hojas con sus dibujos. Pero ahora, lo que centra la mayor parte de sus ratos de juego son los "invizimals", unas cartas, cromos o yo que sé de seres extraños, de los que probablemente se habría escondido no hace tanto tiempo.
Y eso, solo puede significar una cosa ... que se hace mayor.
Si pudiera, haría que el tiempo fuera más despacio para disfrutar un poco más de sus juegos, de su risa, de su inocencia, pero no puedo. Y me toca aprender a jugar a ese juego creado por unos seres malvados, porque hay que ver lo difícil que es jugar con las dichosas cartas.
Tenemos una revista con las instrucciones del juego, pero las leo y las leo pero nada, como si estuviera viendo unas instrucciones de IKEA.
Señores de PANINI, se lo podrían currar y hacer un vídeo tutorial específicamente pensado para padres, para que aprendamos a jugar antes de que se pase de moda el juego. Me pongo delante del tablero y me siento como mis padres cuando el VHS llegó a nuestros hogares, ojiplático.
En fin, así como el que no quiere la cosa, despacito y sin avisar, crecen ante nuestros ojos sin que podamos hacer nada, ni tan solo prepararnos para ello.
¿Qué será lo siguiente?
P.D: Entrada NO PATROCINADA por la empresa mencionada, ahora, si quieren enviarme unos paqueticos de cromos no diré que no.