Revista Diario

Papá sin complejos se estrena: Yo también quiero conciliar, ¿puedo?

Por Belen
Este blog no sería lo que es, ni mamá sin complejos existiría de no ser porque papá sin complejos me dio un empujoncito. Fue él quien me enseñó a usar blogger, quien hizo el primer boceto del blog, quien me animo a escribir y contar nuestra historia. 
Ávido lector de blogs de maternidad, fiel seguidor de algunas blogueras, está metido hasta las cejas en el mundo de la crianza, la ma/paternidad, el apego, la lactancia, y todo lo que implica querer a un hijo sin reservas.
Ahora quiero cederle un cachito de este blog, que en definitiva es tan suyo como mío. Porque tiene mucho que decir, mucho que contar y porque además quiero compartir con él también este espacio. 
Es tu turno papá, porque tu también eres un papá sin complejos: 

Mamá sin complejos lleva un tiempo diciéndome que escriba en su blog. A mi la idea me apetecía mucho, pero tengo un problema: se me agolpan las ideas pero no acabo de estructurar como escribirlo. Así que ahí voy. Me lanzo a improvisar sobre la marcha y a ver que sale.
Vivimos unos tiempos en que la conciliación está de moda. Todo el mundo habla de ella, pero poca gente hace nada por trabajar por ella. Yo, como padre responsable (al menos un poco) intento que el trabajo no abarque toda mi vida, para poder dedicárselo a mi hijo. Y digo intento por que, francamente, lo consigo a medias. En mi trabajo saben que para mí la familia es más importante que el trabajo y así se lo dije en persona a mi director tras las vacaciones de verano, que quisieron cancelar el día anterior de su comienzo, a pesar de que las solicité con dos meses de antelación. Ante mi negativa a cancelarlas y a que me marché "sin permiso" el jefe se mosqueó mucho hasta el punto de que yo pensé que me iba a echar. Pero no fue así. Se limitó a echarme un rapapolvo y a decirme que si, que la familia era muy importante, que la vida personal lo era, pero que "sin trabajo no hay vida personal", y que "a ver como te pagas la hipoteca sin trabajo", etc...
En fin..., afortunadamente se limitó a eso, y como en estos últimos meses, parte de un proyecto ha dependido de mi, pues no me echó. Pero se que me la tiene guardada.  
Eso si, a pesar de las vacaciones, las llamadas a mi móvil fueron  prácticamente diarias, tuve que enviar varios correos electrónicos, y organizar ciertas cosillas. 
Estos días de Navidad también estoy de vacaciones, y la tónica es similar. Llamadas diarias, correos varios, y para colmo, guardia en el fin de semana de  Nochebuena y Navidad a pesar de estar de vacaciones. 40 horas  de guardia que se compensarán con un viernes que me cogeré libre sabe Dios cuando. 
Ya me he dispersado.... estaba hablando de que intento conciliar. Tengo la fea costumbre de intentar irme a mi hora. O al menos solo media hora después. Me gusta no tener que trabajar en casa. Pero lo hago, por que si no hago algunas cosas en casa, luego en la oficina no hago otras. Por que trabajo hay. Para varias personas. No me extraña que haya paro, ya que hago el trabajo de 2 ó 3 personas. Eso si, lo hago todo mal, trapicheando, y como diríamos en el colegio: para sacar un aprobado raspado. Y así nos va. Creo que este es el mal de las empresas y los empresarios españoles. Vamos sacando el trabajo incumpliendo plazos, prometiendo cosas que sabemos que no vamos a poder hacer, en vez de hacer las cosas bien. En vez de hacer los trabajos con calidad, los hacemos para salir al paso.  
Y sigo con la conciliación. Me gusta ir al médico con el niño. Creo que tanto el padre como la madre deben involucrarse en este tipo de cosas. Y me gustaría ir a llevar al niño al cole, ir a las reuniones con la profesora, ir con él a sus actividades extra escolares... pero a eso ya no puedo, porque como coinciden con el extenso horario laboral (de 8 a 18:00, con 1'5 horas para comer - que en realidad son 40 minutos y luego sigues currando -) pues ya no es posible. Pero claro, con esta clase de empresarios, a ver como les dices que te vas 40 minutos antes por que te han sobrado de la hora de la comida. 
Y luego está el tema de los viajes, que de vez en cuando toca ir de viaje y estar fuera de casa varios días, dejando a Mamá sin Complejos sola con el niño y con su trabajo, claro. Da igual lo que haya en la casa de uno. El trabajo es lo primero y si tienes que estar fuera una semana, lo estás. Total, te voy a pagar.... lo mismo que si no viajas.... Ni una compensación para poder conciliar. ¡¡NI UNA!!
Supongo que en el fondo soy un privilegiado. Como dicen algunos: no te quejes, que tienes trabajo. ¡¡Y encima sales a las 18:00!!! Yo salgo más tarde, y gano menos... Pues si, seguramente habrá gente que curre mucho más que yo, que gane menos que yo, y que tenga más problemas que yo (hipotecas impagables, etc...) Pues si, no digo yo que no, pero ya sabéis.. mal de muchos....  Lo que tendríamos que hacer TODOS es rebelarnos contra esta situación. Y cuando digo rebelión no quiero decir que tomemos medidas drásticas. Basta con que todos hagamos lo mismo. Todos salgamos a nuestra hora. Todos dejemos de trabajar en casa (y yo debería ser el primero en dejar de hacer esto) y todos dejemos de bajarnos los pantalones continuamente. En el momento que uno cede, el resto está vendido.  Y lo digo por propia experiencia. Tengo dos compañeros en el trabajo que tienen jornada reducida. Salen a las 15:00. Pero en casa siguen currando hasta bien entrada la noche. Y mientras tanto, mi jefe encantado, por que pagando menos sueldo, tienen el mismo rendimiento que si tuvieran jornada completa. 
Y mientras sigamos así, no tenemos nada que hacer. Lo malo es que se nos avecinan tiempos chungos, pero chungos de verdad, y con la amenaza constante de ir al paro, a ver quien es el guapo que no agacha la cabeza, y aguanta lo que haya que aguantar. 
La conciliación la hacemos entre todos. Pero debemos hacer más por ella los que la queremos. Por que los empresarios no van a hacer absolutamente nada por conciliar (salvo alguna excepción, que no dudo que la haya, pero que no la conozco). Los trabajadores deben concienciarse de ello y pensar en sus derechos y reclamarlos, sin descuidar sus obligaciones, pero sin dejar que los pisoteen. 
Joder, parezco de un sindicato...
Por papá sin complejos.

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