Páginas: 356
Editorial: Letra Minúscula
Adrián el Diamante es considerado el mejor octavilla del carnaval de Cádiz. Finales del COAC y varios primeros premios lo avalan y su portentosa voz recorre el país con comparsas o mini grupos. Tentado cada año por los grandes autores, el Diamante disfruta de una vida rebosante de coplas, fiesta y mujeres.
Con la pandemia, el cotizado comparsista verá como su vida se desmorona. Sin su única fuente de ingresos y sin su razón de ser, se enfrentará a su realidad: un gaditano en paro, sin estudios y adicto a la cocaína. Su terapeuta, la psicóloga Fabiola Benavides, tratará de sacarlo del pozo de las drogas mientras descubre a la persona noble y vulnerable que hay detrás del afamado artista.
Para ser honesta, no conozco realmente lo que es un comparsista, acá en mi ciudad las comparsas son conjuntos de baile de carnaval, pero me imaginé sería el mismo estilo de música viva y alegre. El libro nos presenta a Adrián, más conocido como Diamante, un comparsista muy conocido y querido, que por culpa de la pandemia se ven él y su pareja musical sin el trabajo constante del que estaban acostumbrados. Y para hacerlo todo aún peor, con la falta de dinero, Diamante no puede costear ya su cocaína y es así como se da cuenta que es un adicto.
El libro comienza con él contándonos que su vida le cruza por la mente porque tiene una pistola en la cabeza, que debió hacerle caso a Fabiola ¿Quién es Fabiola? Su psicóloga. La psicóloga a la que acude cuando acepta su adicción a la cocaína en un intento de que lo ayude a desengancharse. Y así arranca la historia.
El comienzo de Adrián contando que tiene una pistola apuntándole la cabeza es nuestro primer indicador de que durante la historia pasarán muchas muchas cosas. De la historia pueden esperar muchos giros, algunos predecibles pero otros que sorprenden al lector. Realmente pasan muchas cosas y cuando uno piensa que ya sabe para dónde va la historia, llega un giro nuevo que te lleva para otra parte. Eso fue algo que me gustó porque así la historia no aburre en ningún momento.
Sobre sus personajes, la verdad es que es difícil encariñarte con ellos o crear una conexión con ellos, porque es de esos libros en la que la mayoría de los personajes son medio detestables, pero en el buen sentido. Con otra autora que he vivido algo similar es Gillian Flynn y amo sus libros, pero sus personajes me sacan de quicio. Adrián es el famoso que se siente tocado por Dios que le hace un favor a las demás personas al cruzarles la palabra, al menos, así es al comienzo, pero podemos ver con el paso de los capítulos un desarrollo en su personaje que lo convierte en una persona más consciente y considerada.
Regresando al tema de los comparsistas, por alguna razón me imaginaba a Adrián y su compañero musical como los Reyes del Mambo de la película, tal vez no tenga nada que ver, pero como les digo, no tenía ninguna referencia sobre lo que es un comparsista, así que mi cerebro se fue para allá y me gustó imaginarlos así.
Ahora bien, lo negativo realmente no fue tanto, simplemente me hubiera gustado que se ahondara un poco más en las historias alternas, porque aunque la historia se centra en Adrián, podemos ver un poco de todos los demás personajes que tarde o temprano se conectan con la historia del Diamante. Y otro detallito igual que me descolocó mucho a la hora de leer, es que al Diamante siempre le pedían cantar algo, y copiaban la letra de lo que cantaba, eso era algo que sentía innecesario, especialmente porque no sabía ni en qué tonada o ritmo iban las canciones, tal vez ahí fue mi ignorancia la que me jugó mal, pero fue algo que a mí personalmente no me gustó.
En general es una lectura que se disfruta, es ágil y se siente que pasa volando. Antes de leerla estaba pasando por un bloqueo lector horrible, y mis lecturas bajaron muchísimo su ritmo, pero con éste libro no fue así, me lo acabé en dos días. Toca temas como la drogadicción, el sexo, las obsesiones, la salud mental y el narco, si son temas que les puedan parecer interesantes, entonces el libro es el indicado para ti. A mí me gustó y lo disfruté.