Recuperamos dividido en dos partes un artículo titulado «Otro urbanismo es posible. La nueva praxis urbana ante el cambio de época» que publicamos a principios de 2014 en la revista Papers, editada por el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona.
El número 57, titulado «Discursos emergentes para un nuevo urbanismo», pretendía recoger a modo de reflexión crítica diferentes aportaciones de autores como Xavier Boneta, José Fariña, Xavier Matilla o José María Echarte sobre cómo se vienen pensando y planificando tanto las ciudades como el territorio y sugerir nuevas vías de exploración teórica y práctica para entender los nuevos fenómenos urbanos.
#GlobalRevolution
«Asistimos al nacimiento de una nueva era» así de contundente se mostraba Jeremy Rifkin (@JeremyRifkin) para describir el actual y convulso panorama sociopolítico y económico en una entrevista de 2012[1]. Pero no es el único: en el libro Otra sociedad, ¿otra política?[2], Joan Subirats (@subirats9) reflexiona en estos mismos términos a la hora de analizar el contexto contemporáneo, estableciendo un contundente argumentario sobre por qué vivimos un cambio de época y lo relevantes que están resultando las nuevas tecnologías en él. Desde una posición totalmente diferente, antagónica podríamos llegar a decir, el magnate mexicano Carlos Slim llegaba a conclusiones similares recientemente al declarar que «vivimos un cambio de civilización»[3]. Y es que, cada vez son más y más diversas las voces que otorgan una importancia transcendental al momento histórico que estamos viviendo.
Más allá de este extendido consenso acerca del cambio de época en el que estamos inmersos, resulta innegable la profunda alteración del orden preestablecido que plantea la irrupción de Internet, las herramientas digitales y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Tal y como indica acertadamente Mark Poster, Internet no es un nuevo «martillo» que sirve para clavar más rápido los «clavos» de siempre. Es un invento que está transformando radicalmente la forma en la que los seres humanos nos comunicamos, nos relacionamos o nos asociamos. Hasta el punto de que podemos considerar Internet como una palanca de cambio con una vocación transformadora y una magnitud de influencia a la altura de la imprenta de Gutenberg y la máquina de vapor de Watt.
Desde luego, esta revolución en ciernes no opera exclusivamente en una dimensión tecnológica, también lo hace en el ámbito económico, político y social. Por una parte estamos siendo testigos tanto del desmantelamiento del estado del bienestar como de un creciente cuestionamiento y rechazo al sistema capitalista que lo sustentaba. Por otra parte, y seguramente a consecuencia de lo anterior, no podemos obviar que el divorcio entre instituciones y sociedad civil es cada vez más amplio. Buena prueba de ello es el hecho de que el número de protestas sociales en contra de la degradación del sistema democrático y el estado del bienestar haya crecido exponencialmente en los últimos años[4], o que también hayan proliferado los movimientos contrahegemónicos: la Primavera Árabe, el #15M u Ocuppy Wall Street (#OccupyWS) son algunos de los que mejor reflejan esta reciente eclosión de nuevas formas organizativas y la escalada del descontento. Pero no son los únicos. La movilización social es una tendencia global que cada vez va incorporando connotaciones más urbanas y territoriales. Desde las protestas #VemPraRua de Brasil, cuyo detonante fueron la subida de tasas del transporte público y la especulación derivada de las Olimpiadas y el Mundial de Fútbol; hasta las recientes protestas en Rumanía por la apertura de una mina de oro; pasando por el caso más evidente de #OccupyGezi, que surge para detener el proyecto de construcción de un centro comercial en la plaza Taksim en Estambul (Turquía). Teniendo en cuenta esta perspectiva, cabe preguntarse cómo este nuevo escenario de ruptura afecta y puede aportar claves para un cambio de paradigma en las prácticas urbanísticas y territoriales. Y viceversa: ¿qué puede aportar el urbanismo en este momento transcendental de la historia?
#SpanishRevolution
Desde luego el Estado español no permanece al margen de este escenario de transformación global. De hecho, la dureza con la que está azotando la crisis también está acelerando la generación de una nueva conciencia colectiva enraizada en las lógicas de red y la creación de nuevas subjetividades políticas. Seguramente algunos de los ejemplos más visibles a este respecto sean el #15M, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (@LA_PAH) o las distintas Mareas Ciudadanas. Muchas de sus reivindicaciones, formas organizativas y prácticas subversivas han permitido recuperar algunos asuntos clave de nuestro ejercicio profesional que la burbuja inmobiliaria parecía haber desterrado[5].
De esta manera, las acampadas y manifestaciones han reabierto el debate en torno al espacio público como espacio de convivencia y generación de opinión pública[6]. Las asambleas y grupos de trabajo en los barrios han puesto el foco sobre esta escala como unidad urbana fundamental en la que es necesario comenzar a actuar, desde la cotidianidad, tras dos décadas de urbanismo irresponsable y arquitectura espectáculo. Y, finalmente, la paralización de desahucios (#StopDesahucios) ha puesto en el candelero un tema que guarda una ligazón esencial con el planeamiento urbano: el derecho a la vivienda[7]. Todas estas cuestiones establecen un terreno fértil sobre el que erigir una nueva praxis urbana. La cual, ineludiblemente, debería de estar vinculado a una mayor articulación con la ciudadanía y los movimientos sociales.
Pero antes de emprender este viaje hacia un nuevo horizonte, conviene establecer cuál es nuestro punto de partida: tener presente de dónde venimos en todo momento hará que no perdamos el rumbo en el futuro y que no comentamos los mismos errores del pasado.
Por eso, si bien han corrido ríos de tinta sobre los devastadores efectos de la burbuja inmobiliaria y el desenfreno edificatorio, nunca está de más recordar las consecuencias que ha generado la unión entre el afán especulativo de los poderes financieros y la corrupción de los poderes públicos. Esta comunión de intereses económicos y políticos ha producido un paisaje[8] que se caracteriza por los millones de casas vacías y cientos de miles de desahucios anuales, miles de edificios públicos vacíos, inutilizados o inacabados; una sucesión de «ruinas modernas» a lo largo y ancho del Estado, así como de infraestructuras sin terminar, vacías o infrautilizadas, sin olvidar las miles de hectáreas de suelo urbanizado a la espera de nuevas edificaciones que seguramente nunca llegarán, así como el desparrame urbano (sprawl) producto de unas políticas urbanísticas extensivas.
Desde luego, no parecen unas condiciones de partida muy favorables para una profesión que, nos guste o no, hasta el momento ha estado volcada en el crecimiento urbano. Por lo que, ante la evidente depredación del territorio que se ha producido en los últimos años, ¿cuál debería ser nuestro papel en los próximos? Si el (mal) urbanismo y planeamiento nos han traído hasta aquí, parece lógico que algunas de las soluciones o vías de escape que se planteen a la coyuntura actual también habrán de surgir desde la práctica urbanística, pero planteada desde un enfoque completamente diferente. Es nuestra obligación dar un giro rotundo a la práctica profesional. Para lo cual no hay que inventar la rueda, sino recuperar herramientas y metodologías postergadas y actualizarlas para que respondan a las nuevas lógicas de red y al cambio de época. Y aquí, aunque parezca lo contrario, las posibilidades y el radio de acción son amplísimos. De hecho, ya existen prácticas concretas y discursos emergentes que están incorporando estas cuestiones.
Por ejemplo, el colectivo n'UNDO (@nundo_)[9] plantea la arquitectura desde el desmantelamiento y la no-construcción. Desde una posición similar, la plataforma Increasis (@increasis_org)[10] recopila toda una serie de recursos edilicios y referencias a experiencias que permiten configurar este nuevo tablero de juego urbanístico. En esta misma línea el Vivero de Iniciativas Ciudadanas (@desdevic)[11] recoge más de 300 casos de nuevas formas de construcción colectiva del territorio promovidas desde la ciudadanía. Desde un ámbito más profesionalizado, la red de Arquitecturas Colectivas incluye a toda una serie de colectivos y equipos a nivel estatal e internacional, con el objetivo de que compartir conocimiento, formar grupos de trabajo sobre diversas temáticas e impulsar proyectos conjuntos. Precisamente, es dentro de esta red donde encontramos toda una amalgama de ejemplos que se articulan entorno a la idea que otra manera de hacer ciudad es posible: desde pequeños equipos vinculados a prácticas culturales comunitarias en el ámbito rural como Lafábrika-detodalavida (@LFdTV)[12] o Niquelarte (@Niquelarte)[13]; hasta proyectos más complejos y ambiciosos como ZAWP (@Zawp)[14] en la península de Zorrotzaurre (Bilbao). Este último caso constituye un fantástico ejemplo de lo que se conoce por «urbanismo mientras tanto», ya que plantea la recuperación de patrimonio industrial vacío de esa zona de la capital bizkaitarra a través de actividades de emprendimiento y programas culturales, erigiéndose así como una alternativa urbanística cuya fecha de caducidad se hará efectiva con la ejecución del futuro (¿futurible?) masterplan proyectado por Zaha Hadid.
La emergencia de todas estas prácticas pone en evidencia que el deseo de reformular el urbanismo ya se está haciendo realidad. Esta situación está permitiendo que, paralelamente, se genere un corpus teórico que consolide las bases de este cambio. De hecho, los límites entre práctica y teoría aparecen aquí difuminados: la práctica produce teoría, y la teoría práctica. De esta manera se están generando nuevos imaginarios que nos permiten describir y entender esta nueva ola de propuestas, al tiempo que trazan nuevas líneas de fuga que guíen este cambio de paradigma urbanístico.
[1] Entrevista Jeremy Rifkim en La Vanguardia, 4 de mayo de 2012 [2] SUBIRATS, Joan: Otra sociedad, ¿otra política? Barcelona: Icaria editorial, 2011 [3] Entrevista a Carlos Slim en El País, 17 de octubre de 2012. [4] El doctorando por la Penn State University John Beieler ha creado una visualizaciónque recoge todas las protestas registradas en el planeta desde 1979. Es realmente sorprendente, porque lo que se puede ver en el vídeo son pequeños repuntes apareciendo aquí y allá en la década de 1970, un tiempo que pensamos fue políticamente muy convulso, mientras que los puntos comienzan de movilizaciones comienzan a crecer exponencialmente hasta casi eclipsar el mundo a partir de finales de los 90, coincidiendo con las protestas antiglobalización y la segunda guerra de Irak, hasta el momento presente. El vídeo se puede ver en el siguiente enlace: http://www.ultraculture.org/watch-a-jaw-dropping-visualization-of-every-protest-since-1979/ [5] En este punto cabe recordar que esta dramática situación de alarma social en la que vivimos tiene una fuerte raíz inmobiliaria y por ende, una dimensión urbanística. Por lo que los nexos entre este remozado activismo y el desarrollo de un nuevo urbanismo no son casuales. [6] «Por espacio público entendemos un ámbito de nuestra vida social, en el que se puede construir algo así como opinión pública» Jürgen Habermas. HABERMAS, Jürgen: «Öffentlichkeit (ein Lexikonartikel) 1964», reed. en Kultur und Kritik. Francfort a.M.: Suhrkamp, 1973, p. 61. [7] Si bien no es el objetivo del presente artículo, Paisaje Transversal hemos impulsado e intervenido en varios debates en torno al derecho a la vivienda, escribiendo artículos, participando en foros o articulando discusiones on-line en nuestro blog. Para conocer más en profundidad el trabajo teórico que hemos desarrollado a este respecto podéis consultar el siguiente enlace: http://www.paisajetransversal.org/search/label/Vivienda [8] Sobre los efectos de la depredación del territorio que ha producido la burbuja inmobiliaria recomendamos tres referencias de diferente carácter y formato, pero que permiten comprender de una manera muy visual los efectos del desenfreno urbanístico que ha asolado el Estado en las últimas dos décadas: Nación Rotonda. Página web que recoge un inventario visual del desastre urbanístico español de los últimos 15 años a través de ortofotos: http://www.nacionrotonda.com/ 6000 km. Un proyecto de Basurama que invita a reflexionar sobre el metabolismo de las ciudades, haciendo visibles ciertos paisajes-territorios relacionados con la producción, consumo y desecho de materiales y energía. A través de fotografías panorámicas, textos y documentos se muestran los lugares donde se crea, gestiona, manipula y negocia con basura, entendida en su concepto más amplio. Además de los más obvios —vertederos y montañas de chatarra—, se exploran otros como son las infraestructuras de transporte o los desarrollos residenciales. 6000 km son los kilómetros de autopista que el PEIT (Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte) preveía construir hasta el año 2020 http://www.6000km.org También disponible la publicación del proyecto 6000 km. Paisajes después de la batalla. El libro Ruinas Modernas de Julia Schulz-Dornburg contiene inventario fotográfico de la construcción especulativa en España. Se retratan parajes ocupados por urbanizaciones abandonadas: paisajes residuo que muestran la herencia en el territorio del estallido de la burbuja inmobiliaria. [9] n'UNDO es un colectivo que plantea la re-arquitectura del territorio y la ciudad desde la no construcción, la minimización, la reutilización y el desmantelamiento: http://www.nundo.org/ [10] Increasis es una plataforma de respuesta a un modelo de ciudad que hasta el momento se ha estado desarrollando de manera compulsiva, que propone estrategias de activación de estos edificios y de revitalización de territorios en desuso: http://increasis.org/ [11] Vivero de Iniciativas Ciudadanas es una plataforma abierta, colaborativa y orientada a promover, difundir, analizar y apoyar iniciativas y procesos críticos con ánimo propositivo de la ciudadanía, con especial incidencia en la transferencias al territorio, la ciudad y el espacio público: http://viveroiniciativasciudadanas.net/ [12] LaFábrika-detodalavida es una nueva Asociación extremeña que pretende activar desde la rehabilitación, con metodología de autoconstrucción, dos naves de una antigua cementera situada en la localidad de Los Santos de Maimona, Badajoz: http://lafabrikadetodalavida.org/ [13] Niquelarte es una asociación formada inicialmente por conservadores-restauradores de Galicia formados en diferentes disciplinas que argallan en sus cabezas la necesidad de un cambio, no sólo en el camino de su profesión sino también a nivel global. En dicho cambio buscan la fusión de procesos técnicos y científicos para provocar una acción-reacción de pensamiento http://www.niquelarte.org/ [14] ZAWP Bilbao (Zorrotzaurre Art Work in Progress) es un proyecto que nace de la Asociación Cultural hACERIA arteak (1997) en 2008 en el mientras tanto del proceso urbanístico del Plan Zorrotzaurre, en La Ribera. ZAWP Bilbao pretende ser la mirada artística, innovadora y creativa de este proceso de transformación urbana. Un ejercicio de reflexión e interpretación que, a su vez, trabaja en la regeneración económica y social de una zona industrial degradada a través de la generación de oportunidades basadas en la cultura y la innovación: http://www.zawpbilbao.com/
Este artículo apareció previamente publicado en el número 57 de la revista Papers en enero de 2014.
Créditos de las imágenes:
Imagen 01: Teatro en el barrio (fuente: ZAWP)
Imagen 02: Ocuppy Wall Street (fuente: Ocuppy)
Imagen 03: Transformación del territorio en Guardamar del Segura (fuente: Nación Rotonda)
Imagen 04: Espasio T, iniciativa de La Fábrica de Toda la Vida (fuente: We diseñamos)