“Cuando voy a Maracaibo y empiezo a pasar el puente siento una emoción tan grande que se me nuble la mente”. Extracto de la gaita “Sentir Zuliano”.
El pan de jamón es un plato navideño típicamente venezolano; en esencia consiste en un pan con un toque de dulce, relleno con jamón, uvas pasas, aceitunas y tocineta, aunque hoy hay extraordinarias variantes que los profesionales de la cocina han desarrollado con el tiempo. Las panaderías caraqueñas empiezan a ofrecerlo entre Octubre y Noviembre. La gaita es un ritmo musical que viene del estado Zulia, asociado con la época navideña; es un género muy animado y en otras regiones, las gaitas comienzan a sonar en la radio a mediados de Octubre.
Ahora bien, aquí en Francia no hay panadería que elabore el pan de jamón y como aún no tengo horno, no estoy en condiciones de prepararlo; ya me vengaré con creces el año próximo. Pero gaitas sí tengo en mi computadora (ah, la tecnología) y es un placer al escucharlas, recordar al Zulia y específicamente a su capital, mi querida Maracaibo, la “tierra del sol amada”.
La primera vez que fui al estado Zulia tenía yo 14 años; llegué por el lado de la Costa Oriental del Lago, a Cabimas, a la casa de mi tío Arquímedes, en unas vacaciones. De ese viaje me quedan memorias muy especiales, entre ellos el sabor del agua de coco endulzada que venden en la carretera; pero privilegio un recuerdo: el día que fuimos a Maracaibo. Cruzar en carro el famoso puente del Lago de Maracaibo por primera vez fue una experiencia increíble y que siempre que vuelvo a hacerlo, revivo aquella ocasión.
Desde entonces he visitado Maracaibo muchísimas veces y cada oportunidad ha sido hermosa. Maracaibo es una ciudad extraordinaria, pintoresca, bulliciosa, insólita, compleja, vibrante, caprichosa; es difícil permanecer en medias tintas con ella. Yo soy caraqueño, feliz y agradecido de serlo, pero a Maracaibo también la guardo en mi corazón, entre otras cosas porque ha sido amable conmigo y porque me ha obsequiado algunas de las amistades más importantes de mi vida. Algo más que puedo decir de Maracaibo, es que su gente es de la más divertida del mundo.
Después fue el propio interés lo que me mantuvo al día con la gaita, además de la inercia de la temporada, ya que también en la Caracas de navidad la gaita suena por doquier. Ya en la misma calle Auyantepuy, varios vecinos de la cuadra armamos una escandalosa parranda navideña, con sus correspondientes tambora y furro, que por dos o tres años animó aquellas navidades, a punta de aguinaldos, gaitas y tamboreras.
En aquel concierto escuché por primera vez en vivo a grupos que hasta entonces sólo existían para mí en vinil, como Maracaibo 15, Cardenales del Éxito o Gran Coquivacoa, verdaderos colosos del género. Recuerdo que nos quedamos en la pista, cerca de la tarima, en lo que se conoce como “La Olla”, donde está todo el mundo bailando. En algún momento mi tío y sus amigos, aprovechando mi diferencia de edad y por lo tanto física, me tomaron por los pies y las manos y me lanzaron al aire, para después atraparme al caer, y la vertiginosa e instantánea imagen de un montón de cabeza debajo de mí, mientras estuve suspendido un segundo o menos en los cielos, no la olvidaré jamás. Desde entonces he podido apreciar a otros grupos de gaita en vivo, pero nada como aquella vez.
Ahora que escucho unas gaiticas en los altoparlantes conectados a mi computadora, sé que también la temporada navideña 2010 comienza para mí. ¿Saben? Mi esposa y yo, con el favor de Dios (y de la “Chinita” ¿por qué no?) compraremos pronto nuestro primer apartamento. De las primeras cosas que adquiriré después será un horno; uno muy bueno y en la lista de las comidas inaugurales que prepararé, está por supuesto, el pan de jamón. Si el asunto se da finalmente en Febrero o en Julio, no es tan importante, pero eso sí, cuando me disponga a probar mi primer trozo de pan de jamón, suculento, recién horneado y caraquéñísimo pan de jamón, lo acompañaré también con una gaita maracucha.
Por el momento saboreo un croissant y una taza de chocolate caliente, pero sé que la navidad se acerca, porque una gaita suena en el fondo. Para mis divertidos amigos zulianos, un abrazo desde la frontera franco-suiza y una receta que leí hace poco, que a mi ver retrata de manera inigualable el humor marabino. Se titula “Pollo a la Maracaibo” y se las coloco a continuación, pero antes de prepararla, por favor léanla hasta el final. Si alguno de mis lectores no entiende nada de la jerga, o si la conjugación utilizada le sorprende, es porque todavía no conoce bien el Zulia.. ¡vaya para allá pronto!
POLLO A LA MARACAIBO
1. Tomáis un pollo fresco de 3 Kg.2.- Rellenáis el pollo con un mollejero de verduras y sazonáis con ajo, sal y romero.3.- Preparáis una bandeja y pre-calentáis el horno a 250 grados.4.- Ahogáis el pollo con (esta es la parte más importante): 1 taza de Ron, 1 taza de Brandy, 1 taza de Coñac, 1 taza de Whisky, 1 taza de Vodka, 1 taza de Tequila, 1 taza de Vino Tinto, 1 taza de Vino Blanco y 1 taza de Cerveza Regional.5.- Cubrís bien el pollo con papel aluminio.6.- Horneáis el pollo durante 1 hora.7.- Sacáis el pollo del horno y lo dejáis enfriar por 5 minutos.8.- Botáis el pollo par coño… ¡y te tomáis er caldito!
Las fotos que ilustran este artículo fueron tomadas de Internet y en orden descendiente corresponden a:1. Pan de jamón.2. Puente “Rafael Urdaneta” sobre el Lago de Maracaibo. 3. Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá, iluminada de noche.4. Calle “Carabobo” en Maracaibo.5. Furro o furruco; instrumento utilizado para interpretar la gaita zuliana.6. Poliedro de Caracas.
¿Le gustó este artículo? Entonces tal vez también le guste:
LUCES DE NAVIDADDESDE COLOMBIADE LA NAVIDAD