En ocasiones, las personas tenemos la tendencia a pensar que si realizamos algo tenemos que hacerlo perfecto o muy bien, ya que si no, no merece la pena realizarlo o intentarlo. Por lo tanto, nos movemos en una línea de "todo o nada" muy polarizada. Incluso si intentamos hacer algo y no nos sale como esperamos, acabamos abandonándolo o rompiendo eso que tanto esfuerzo nos ha costado. Detrás de este tipo de comportamiento subyace una tendencia al perfeccionismo que puede llegar a generar mucho malestar, e incluso frustración, por la sobre-exigencia que nos marcamos con respecto a nosotros mismos.
- Desde el Instituto Europeo de Psicología Positiva podemos ayudar a ser flexibles si las cosas no salen como se espera, a focalizar los logros y afrontar el fracaso como un aprendizaje
En 1980, el psicólogo David Bruns describió a los perfeccionistas como personas: "cuyos estándares están fuera del alcance o de la razón, que se enfocan compulsiva e incansablemente hacia metas imposibles, y que miden su propio valor enteramente en términos de productividad y cumplimiento de objetivos". Si bien es cierto, la tendencia actual por parte de la Psicología es valorar el perfeccionismo como algo más complejo; es decir, no sólo en términos negativos, sino también positivos.
- Los perfeccionistas son personas "cuyos estándares están fuera del alcance o de la razón, que se enfocan compulsiva e incansablemente hacia metas imposibles " (David Bruns)
En efecto, se ha descubierto que el perfeccionismo puede resultar beneficioso en algunas situaciones: por ejemplo, cuando se trata de motivación para el trabajo duro o para la búsqueda de objetivos personales ambiciosos. Por ello me gusta hablar de los perfeccionistas adaptativos.
Los perfeccionistas adaptativos son aquellos que se manejan con altos estándares y para los cuales el hecho de no lograr alcanzar sus metas no conlleva un elevado coste emocional, como puede ser la ansiedad, la tristeza o la indefensión. Estas personas, a pesar de las adversidades, siguen luchando por sus objetivos. Por otro lado, estarían los perfeccionistas desadaptativos, que tienden a sufrir, preocuparse en exceso y suelen deprimirse con facilidad, además de sentirse insatisfechos con ellos mismos y con su desempeño. Suelen manejarse con la idea de evitar el fracaso más que con la de conseguir el éxito.
Tal Ben-Shahar, en su libro " La búsqueda de la felicidad", trabaja y profundiza el término optimalismo, o personas optimalistas, que describe como personas que aceptan el fracaso y sus propias emociones negativas (no las excluyen o las reprimen, como por ejemplo llorar por tristeza o alegría) y aceptan el éxito (valoran y celebran pequeños logros), así como la realidad. Piensan que el éxito es un camino en espiral irregular (es decir, son conscientes de que se enfrentarán a obstáculos y podrán aprender de ellos) y consideran el fracaso como un contratiempo. Cuando realizan una meta, se centran tanto en el proceso como en el resultado. En definitiva, este tipo de personalidad tiende a ser indulgente, flexible y dinámica.
En contraposición a las personas optimalistas estarían las personas perfeccionistas, que tienden a rechazar o evitar el fracaso (si sienten que no son capaces de hacer algo, no se enfrentan a ello). Este rechazo al fracaso provoca en muchas ocasiones malestar intenso (ansiedad, indefensión, frustración, etc...). Además, les cuesta mucho aceptar emociones negativas, lo que provoca una mayor intensidad emocional. Cuando están inmersos en un proyecto o están realizando una actividad, no aceptan la realidad tal y como es (por ejemplo, creen que el proceso para cumplir un objetivo ha de ser lineal sin ningún tipo de contratiempo, cuando realmente en la vida suelen surgir imprevistos); por otro lado, sus pensamientos suelen ser muy polarizados; su mundo se mueve en "blanco o negro", sin dar cabida a grises (como el mismo título del blog). Asimismo, presentan unos rasgos de personalidad muy marcados que se traducen por una actitud defensiva ante los comentarios de los demás, la búsqueda de defectos tanto propios como ajenos y una rigidez e inflexibilidad en su manera de pensar y actuar.
- Los perfeccionistas tienden a rechazar o evitar el fracaso; si sienten que no son capaces de hacer algo, no se enfrentan a ello
Me gustaría resaltar que ninguna persona es perfeccionista u optimalista al cien por cien. En ciertos momentos de nuestra vida adoptamos una conducta que puede resultar más perfeccionista o más optimalista. Es importante subrayar que tener una actitud que nos lleva al extremo puede generar mucho malestar. Por ello os invito a que reflexionéis hacia qué lado de una misma moneda os gustaría focalizaros, para encontrar una mayor armonía y bienestar personal.
Desde el Instituto Europeo de Psicología Positiva podemos ayudar a encontrar el equilibrio que os permita cometer errores y no castigaros verbalmente por ello; ser flexibles si las cosas no han salido como esperabais; focalizaros en vuestros logros, afrontar el fracaso como un aprendizaje, disfrutar del proceso y no sólo del resultado, aprender a recibir y hacer críticas sin tener una actitud defensiva...
"Si decides ser flexible, te quitarás un enorme peso de encima al ver que nada está predeterminado y que puedes ser el último juez de tu propia conducta". Walter Riso
Fuente: Blog Psicología Positiva.
C. Marco