Para mí la filosofía en lengua castellana arranca con el “Libro de Buen Amor”, en el que ya se dice prácticamente todo lo que uno tiene que saber sobre el mundo y sobre la vida, empezando por esta sabia máxima:
“Como dice Aristóteles, cosa es verdadera,El mundo por dos cosas trabaja: la primera, Por haber mantenencia; la otra cosa eraPor haber ayuntamiento con hembra placentera.”
Después del “Libro de Buen Amor” el pensamiento filosófico español no hizo más que declinar. Por mas que lea (bueno, no lo leo, pero estoy seguro de que si lo leyera ése sería el resultado) a Ortega y Gasset no encuentro máximas de la profundidad de las del Arcipreste de Hita.
El hombre por haber ayuntamiento con hembra placentera ha hecho muchas cosas en la Historia, la mayor de parte de ellas bastante estúpidas, por cierto. Por eso sorprende la sabiduría de los japoneses que, puestos a hacer cosas para echar un polvete, se les ocurrió que la poesía podía ser una buena herramienta.
Este año la III Semana Complutense de las Letras reivindica ese noble fin de la poesía y propone un taller de tankas a cargo del profesor José María Prieto, autor del libro “Tanka a trancas y barrancas”. No conozco al autor, pero tiene dos tankas que han despertado mi curiosidad por conocerle:
“Suele ensuciarseSu mujer en la fotoDe su despachoBoca abajo a menudoBesando el cenicero”
“Sube la cuestaAcelerando el pasoLe gusta oírLa voz de su mujerPerdiéndose a lo lejos”.