Novela galardonada por unanimidad con el Premio de Novela Negra La Trama. Escritora frustrada, obsesiva y adicta a los medicamentos, Julia Irazu es una auténtica experta en complicarse la vida, pero esta vez los problemas vienen de fuera. De manera accidental se ve envuelta en una red de tráfico de arte, entre intereses millonarios y delincuentes sin escrúpulos, y conoce a Viktor Sokolov, un supuesto espía ruso junto al cual vivirá una aventura llena de peligros entre Bilbao, Palermo y San Petersburgo. Paradójicamente, será entonces cuando Julia descubra un principio básico que desconocía. Y es que, para morir, siempre hay tiempo. Dueña de una prosa adictiva y dotada de un fino sentido del humor, Carmen Conde irrumpe con fuerza en el actual panorama literario, dispuesta a robar muchas horas de sueño a los lectores con esta novela de espías que no se parece a ninguna otra.
Encuadernación: Tapa blanda / Ebook
"[...] apretó el pedal del freno y cerró los ojos, convencida de que iba a morir.Durante aquel breve lapso de tiempo tuvo una visión espeluznante de su horrible final. No se imaginó una muerte súbita, quizás un piadoso y fulminante golpe en la cabeza. No. Se vio a sí misma atrapada dentro del coche, ardiendo como una antorcha y retorciéndose en la espantosa agonía. Un proceso lento y gradual; primero el cabello, luego la piel, al final los nervios. La visión era tan real que podía escuchar sus gritos desgarradores, incluso percibir el hedor de la propia carne quemada".
Esta es una novela un tanto peculiar y algo difícil de definir porque mediante pequeñas pinceladas toca algo de cada género sin llegar a profundizar en ninguno. Nada más comencé a leerla me pareció muy divertida y algo surrealista. Su protagonista, Julia Irazu, es una mujer neurótica, de carácter difícil, antisocial, que se atiborra a pastillas pero sin embargo se cuida mucho de no contraer ningún virus o enfermedad de las que suelen contraer las personas que la rodean.
Ha sido un libro de lectura fácil, rápida y divertida aunque me ha sorprendido el cambio tan brusco que se produce hacia la mitad del libro. Desde la primera página mantiene un tono desenfadado, divertido, se sucede un disparate tras otro, las situaciones son algo rebuscadas y aunque es todo muy " raro ", se hace tan ameno de leer que no te planteas nada más que seguir disfrutando. Sin embargo hacia la segunda mitad el cambio es muy radical, se vuelve más serio como si la autora hubiese decidido a última hora cambiar la trama y darle un toque más dramático y emotivo.
Julia Irazu además de todas sus manías, adicciones y obsesiones, es una mujer con una mente brillante que sorprende cuando menos te lo esperas. Es un personaje complejo, muy bien descrito y con el que es fácil empatizar desde el primer momento a pesar de que en muchas ocasiones su actitud me chocaba y exasperaba. Evoluciona a medida que avanza la trama pasando de una Julia obsesiva, loca pero muy divertida a una mujer que lucha por sobrevivir y salir de una situación en la que se ve inmersa sin habérselo propuesto.
Víctor Sokolov es el " guaperas " de la historia y el contrapunto perfecto a Julia. Es un hombre hecho a sí mismo y que aparece para darle a la novela ese punto picante, varonil y más serio.
Me ha gustado mucho y sorprendido para bien porque la historia es más compleja y completa de lo que en un principio parece. Carmen Conde tiene un sentido del humor muy fino que me recuerda mucho al británico. Merece la pena pero siempre teniendo en cuenta que es lectura para disfrutar, no para cuestionarse nada ni intentar explicarse cosas imposibles de explicar.