El Real Madrid, antes la envidia del mundo por su calidad deportiva como por su trayectoria en los despachos, pierde prestigio a la velocidad de la luz, la misma con la que Mourinho nos vende una carretal como si fuera una Ferrari.
Ya verán, como algún que otro periodista de cámara - que es esto del fútbol siempre hay demasiado estómago agradecido- nos querrá hacer creer que Mourinho no solo lleva razón, sino que además, la culpa es de Messi por colocar la mano bajo los tacos de la botas de Pepe. Y no quedará ahí la cosa, pedirán una sanción ejemplar para Messi. Fijo.