Para que la política recupere el lugar que merece

Publicado el 12 febrero 2013 por Catalega @Catalega

Parece que se ha abierto la veda, ahora todos a publicar su declaración de la renta. Este fin de semana, después del Presidente del Gobierno, lo hacía el Secretario General de los socialistas en Córdoba (¡ahí queda esa!), Juan Pablo Durán, instando al Alcalde, José Antonio Nieto a hacer lo mismo. ¡Cómo si publicar la declaración del IRPF demostrara algo!, pero bueno, algo es algo. No veo mal que se publique. Pero al Sr. Durán se le tiene que haber quedado una cara de tonto cuando ayer la dirección “nacional” del PSOE decía que ellos no iban a publicar sus declaraciones hasta que no se apruebe una iniciativa en el Congreso que defina un modelo común a todas las formaciones políticas y cargos públicos, iniciativa que los socialistas van a llevar al Parlamento en los próximos días. Algo muy parecido a lo que hablábamos ayer mismo en Desde el Caballo de las Tendillas. Y yo me pregunto, presentar la declaración de la renta está bien, pero ¿realmente qué se consigue? ¿con eso se garantiza que no haya corrupción? ¿se consiguen evitar los “favores” a empresas? Con la declaración de la renta solo se consigue saber lo que esa persona ha ingresado legalmente en el periodo correspondiente. Pero, como bien se dice estos días, si ha cobrado dinero “B” eso no se reflejará en la misma, igual que si ha usado un testaferro, si ha recibido el dinero un familiar directo, un amigo o una empresa. Entonces, ¿cómo podemos solucionar este problema? Pues hemos de ser más ambiciosos, hemos de cambiar el sistema por completo, ponerlo del revés. Para empezar con el establecimiento de listas abiertas y circunscripciones más pequeñas, limitando el tiempo de dedicación a la política (a cargos públicos), legalizando las aportaciones privadas a los partidos o a los políticos en concreto y haciendo públicas estas aportaciones. Además de acabar con los aforamientos y endureciendo las penas por corrupción. La corrupción nunca se podrá eliminar, es algo inherente al ser humano, por lo tanto, hagamos cosas serias y las reformas que de verdad precisa nuestro sistema democrático, para que deje de ser propiedad de una casta. Para que la política recupere el sitio que merece.