¿Para qué me sirve el blog?

Por Jfnietopajares

Este mes de octubre se cumplen dos años de la existencia de este blog. Del mismo modo que la radio buscó su sitio en el estante de la cocina y el coche busca siempre el mismo aparcamiento, las ideas buscan sus canales para ser visibles y encontraron este blog que en origen tenía otras intenciones, como bien sabe Jorge.  En este tiempo 68 entradas y otras tantas páginas han visto la luz. Algunas de contenido estrictamente tecnológico, otras “reblogeadas” (invento sencillo y viral para cuando escasean la ideas y el tiempo), otras son ideas prestadas de otros internautas y metafísica  o como titula María José Alonso “ymascosas”, ella lo aplica a la dermatología (dermatología y más cosas); historia clínica electrónica y sus aledaños. ¿Para qué me sirve un blog?.

Pues alimenta mi ego; ya tengo más de 100 seguidores (10% familia, 80% amigos y compañeros directos o indirectos del trabajo, 5% conocidos del gremio y el resto internautas). Se que alguna seguidora inducida, hace verdaderos esfuerzos por leer estos ladrillos que generalmente no entiende, también cuenta como clic.

Es muy emocionante, ver como has tenido una visita de Japón, aunque luego descubras que fué Diego que estaba de vacaciones. También tengo que saber quien es el conocido que viaja con tanta frecuencia a Méjico.

Tiene mucho encanto y algo de magia,  descubrir que has sido visitado desde Perú, Méjico o Argentina. Si ya se que ha sido una única visita, pero desde países lejanos; sencillamente ego.

Sirve para compartir ideas y experiencias. A priori, desconoces el impacto y el interés en el receptor. Salvo escasas excepciones,  el lector, es por lo general  perezoso a la hora de comentar las entradas; manifestar discrepancias, opiniones o puntos discordantes o concordantes.  Hacen lo que yo, escaneas la información (lees en diagonal la pantalla) y salvo que algo llame especialmente la atención, pasas a la  siguiente pantalla y dejas para más tarde una lectura en profundidad que casi nunca llega.

Ingenuamente pensaba  que con un poco de suerte y efecto viral podría tener los suficientes seguidores para ser usado por el marketing 2.0 y obtener beneficios económicos adicionales. En dos años no lo he conseguido, 100 seguidores no motivan a los publicistas dos punto cero.

Mejora la reputación 2.0. Tras leer el informe de inteco de reputación on line (en internet estamos o estaremos todos, o te pones o te ponen) no quería yo que fueran mis enemigos los que posicionar mis vergüenzas en la red y en una maniobra de anticipación me decidí a expresar de forma directa y en primera persona mis pensamientos, principalmente tecnológicos.

Esas son las cosas que yo pensaba, hasta que hace poco, de un modo casual descubrí la verdadera esencia del blog, que es la misma esencia que la vida; lo importante de un blog es que sirva para emocionar, también para despertar la propia emoción cuando escribes. Esa emoción que dirige  las yemas de tus dedos sobre la suavidad rígida de un teclado qwerty o la que  en forma de inspiración, el mayor genio  malagueño del arte moderno esperaba trabajando.

Ya lo dice el tango, que veinte años no es nada (vida y memoria para mantener  la esencia de los ausentes) y dos años, un suspiro, para que unas cuantas ideas inquietas escapen por un resquicio de universo infinito  de internet.

“Solo he tenido tiempo de leer dos posts, alguno me ha emocionado un poco y todo, sobre todo porque recuerdo con un muy especial cariño los cursos a través de los cuales os conocí a cada uno de vosotros. Pero me he quedado maravillado con tus siempre semi-poéticas a la par que inspiradoras y entusiastas palabras y ya estás de forma permanente en mi feedlist. No lo dejes.”. Gracias Capitán.