Cuantas veces habré oído que hay que hacer determinadas cosas con los niños para que se acostumbren...por ejemplo, que se acostumbren a los ruidos, llevarles a las terrazas de los bares para que se acostumbren a trasnochar...y muchos mas disparates.
Y ahora me río, sonrío al ver como mi hijo, que se habrá sentado 3 veces en su vida en una terraza de un bar, cada vez que ve una me dice..."mamá, ¿vamos a esa tienda a que nos pongan la cena?". Pero a este niño, ¿quién le ha acostumbrado a ir de tapas?. Y lo peor es que puedo afirmar que eso de salir, del cachondeo, lo lleva en los genes, porque es igual que yo de pequeña. No me quería perder un "sarao", nunca veía el momento de irme a casa...Esta buena y sana costumbre la perdí cuando tuve al peque, había que respetar sus horas de sueño y sus rutinas, era sagrado.
Lo de los ruidos, pues más de lo mismo, el año pasado en la feria de las fiestas de mi pueblo, lloraba cuando los monitores tocaban el pito porque había que salir de las atracciones. Este año pasa del tema. Y el aspirador, pues lo mismo, el año pasado también lloraba, y este año te dice que se lo pongas porque lo quiere pasar él.
Vamos que no hay que acostumbrarles a nada, que el que quiere ser de una manera, lo será y el que no, pues nada. Hay cosas moldeables, pero lo demás son excusas para poder seguir llevando la vida que llevabamos antes de tener hijos, y eso conmigo no iba.