¿Quieres aprender Coaching Realista?
Lo primero es saber para qué se utiliza, luego veremos cómo se consiguen resultados.
El próximo jueves 15 de septiembre a las 20:00 (hora española) habrá una reunión online de 45 minutos a la que sólo pueden asistir 8 personas y hablaremos sobre este tema: “¿Para qué se usa el Coaching Realista?.
Si quieres participar debes seguir estos pasos:
- Leer el texto que viene a continuación.
- Enviar un correo a carlos@carlosmelero.com indicando que quieres participar en la reunión.
- Incluir en ese correo tus dudas y tus opiniones sobre lo que has leído.
Si eres de los ocho primeros, te enviaré un enlace para que puedas entrar en la conferencia desde tu ordenador.
En esa reunión hablaré sobre las preguntas, dudas y comentarios recibidos.
Este es el texto. ¿Nos vemos el jueves?
Recuerda:
Reunión web desde tu ordenador.
Jueves 15 de septiembre a las 20:00 (hora española)
Duración: 45 minutos
Aforo máximo: 8 personas.
Para qué se usa el coaching
Antes de aprender a hacer Coaching Realista® desde cero, es necesario que sepas para qué sirve esta práctica profesional. Sólo teniendo claro para qué sirve podrás saber si es lo que quieres aprender.
El objetivo del Coaching Realista es ayudar a las personas a desbloquearse, resolver los problemas con creatividad, encontrar su estilo de actuación, ponerse en marcha en su vida, dejar de lado situaciones que no les gustan y moverse hacia donde sí quieren. Creo que el concepto de “bloqueo” es el que mejor describe el punto de partida de un usuario ideal de coaching.
Imagina a una persona en un laberinto de paredes transparentes. Sabe que fuera hay más mundo, pero no consigue escapar de los caminos que ya están trazados. Una persona puede estar mucho tiempo en esta situación y ese laberinto puede ser personal, emocional o profesional. El caso es que sabe que fuera de ese laberinto le espera un mundo de posibilidades y metas por alcanzar, pero no consigue salir por muchas vueltas que da. Tal vez está bloqueada por paredes que no ve o tal vez da vueltas que le llevan al mismo sitio o a sitios diferentes, pero siempre dentro del mismo laberinto.
El coaching es el método por el cuál, esa persona aprende a salir del laberinto. Como veremos más adelante, es el método por el cual se da cuenta de que muchas de esas paredes se pueden atravesar, porque son más imaginarias que reales, o que puede salir del laberinto utilizando sus propios recursos encontrando otros caminos.
Ese laberinto es transparente, por lo tanto, el coach no lo ve, pero ayuda al usuario a determinar qué paredes son reales, cuáles son imaginarias, cuáles puede evitar, qué caminos quiere seguir, dónde quiere ir y cómo hacerlo.
Veamos qué significa esto en la práctica, con ejemplos reales.
María, 16 años.
Según ella misma lo describe:
“Mi caso en concreto trataba la falta de autocontrol de mis emociones; yo era consciente de que muchas veces la ira o la impotencia me acababan dominando en situaciones de estrés, etc, sobre todo al tener que enfrentarme repetidamente a problemas familiares algo más serios que la típica riña de un adolescente. A veces explotaba, y acababa discutiendo, hablando mal o gritándole a alguien.
Era consciente de que en esos arrebatos acababa haciendo daño a alguien; mi madre, mi padre, mi mejor amiga (en este caso, porque a veces ella no sabía cómo animarme), o a mí misma; así que acepté empezar las sesiones de coaching.”
Leyendo esto, tengo la sensación de que esta persona está dentro de ese laberinto del que no sabe salir. Una y otra vez intenta controlar su ira, pero no lo consigue. Sabe que puede conseguirlo, pero no sabe cómo y, por mucho que lo intenta, regresa al sitio donde estaba. Se ve a sí misma repitiendo una conducta que no quiere repetir.
El trabajo de coaching con ella fue de 5 sesiones telefónicas. Durante esas conversaciones aprendió a mirar donde no había mirado:
“A medida que las sesiones avanzaban, tanto mi madre como yo notábamos la mejora; ya no me enfadaba tanto, y cuando lo hacía no era de una manera tan fuerte.”
Este cambio no se consiguió diciéndole cómo controlar su ira, sino ayudándola a averiguar qué estaba pasando de verdad dentro de ella. El trabajo del coach consistió en escuchar su discurso y ayudarla a dudar de todas esas cosas que consideraba ciertas e indiscutibles (son las paredes del laberinto) y así descubrió qué había detrás de sus emociones. Esto se consigue gracias a que el coach no ve el laberinto, no está de acuerdo ni en contra del punto de vista del usuario y lo ayuda a cuestionarse sus propios motivos, criterios y realidades.
En las sesiones ella hacía descubrimientos sobre sí misma. Descubrimientos que hacíamos juntos, porque el coach no está para compartir lo que ve, sino para ayudar al usuario a ver y descubrir juntos. Una vez que la persona toma conciencia de algo que antes no conocía, es ella quien decide qué hacer. Por eso esta práctica profesional se considera no directiva, porque el coach no dice qué hacer, sólo ayuda al usuario a conocer y decidir por sí mismo.
“Y todavía sigo mejorando, a pesar de haber terminado las sesiones.”
Uno de los beneficios del coaching es que cambia la mirada el usuario. Este aprende a observar cosas que antes pasaba por alto. Los cambios que se producen en la persona permanecen para siempre.
Una decisión importante
Según el usuario:
“… necesitaba ayuda externa para tomar una decisión importante a nivel profesional.”
“…mi objetivo era intentar decidir entre varias opciones que tenía porque no veía nada claro cuál era la mejor y necesitaba tener una sensación fuerte de seguridad para decidirme a dar el paso.”
En este caso, se trata de alguien que lleva mucho tiempo dándole vueltas a muchas opciones. Quiere decidirse por un proyecto pero no consigue hacerlo.
Creo que sus propias palabras ilustran muy bien cuál es el resultado del proceso:
“… me ha ayudado mucho tanto a conocerme mejor como a ver todo desde otro punto de vista, pero sin duda a lo que verdaderamente me ha ayudado es a actuar y a ver claro que gran parte de mi futuro depende de lo que haga hoy.”
De nuevo, es una mirada interior hacia lo que está sucediendo, es una toma de contacto consigo misma y, después del descubrimiento, ella toma sus decisiones.
Siendo un caso muy diferente al anterior, el proceso es igual. Aplicar una nueva mirada a la situación para que ésta sea resoluble. Se trata de ayudar al usuario a encontrar un punto de vista que le sea útil a él para salir de una situación cuya salida no estaba encontrando.
De nuevo, el cambio perdura en el tiempo:
“…también soy mucho más consciente de todas las decisiones que tomo a lo largo del día y es un verdadero descubrimiento.”
En este caso, hubo un momento muy importante en el proceso. Tal y como describía la situación, tenía muchas opciones, todas aparentemente buenas y no sabía por cual decidirse porque todas podrían salir mal. Recurrí entonces al uso de una metáfora (técnica que veremos más adelante) y le invité a imaginarse frente a una heladería con muchos sabores que quería probar. La solución que aplicó ahí fue la misma que luego aplicó para resolver la situción.
Resumen
Aprovechando el testimonio de otro usuario, concluiré que:
“…según tú estés de predispuesto a observar, analizar, cambiar, aprender, puedes encontrar o no encontrar en el proceso. Yo he conseguido identificar mi comportamiento, mi forma de pensar poco práctica y estructurar mis mapas mentales de forma real y positiva.”
El coach acompaña al usuario a descubrir y es el usuario quien toma conciencia y decide cómo actuar. Porque ese laberinto en el que se encuentra está formado, en gran medida, por paredes que él mismo ha levantado y, muchas de ellas, no son visibles para él o para el resto del mundo.
Antes de terminar, no me resisto a compartir una anécdota personal. Hace tiempo estaba viendo una película con mi hijo. Curiosamente, trataba de unos chicos que intentaban salir de un laberinto. En una escena, se quedaron acorralados en un pasillo por dos enemigos que venían, cada uno, por un lado. Uno de los chavales comentó que no podían ir ni a un lado ni a otro. Viendo la escena, se me escapó un “hacia arriba” y, efectivamente, así consiguieron salvar la situación.
Esta anécdota me sirve para ilustrar parte del modelo de pensamiento del coach. Cuando escucho que no se puede ni a un lado ni a otro, automáticamente pienso en qué sí se puede hacer. Si el usuario está en un laberinto, ha llegado a un pasillo, tiene un obstáculo a cada lado y no hay salida aparente, puede bloquearse o mirar con otros ojos. Pensar que sólo se puede ir a izquierda o derecha es una síntesis mental (más adelante veremos este concepto) de cuáles consideramos que son las opciones en un laberinto. En la vida suele haber más opciones, sólo necesitamos cuestionarnos nuestra visión del mundo para que aparezcan.
Interpretamos un laberinto como un camino vallado que recorrer, pero en la vida no hay tantas normas reales y, cuando barajamos opciones imposibles, aparecen posibilidades reales.
El Coaching Realista permite ayudar a las personas a ver con otros ojos para que ellos mismos encuentren sus opciones.
Si quieres participar debes seguir estos pasos:
- Leer el texto que viene a continuación.
- Enviar un correo a carlos@carlosmelero.com indicando que quieres participar en la reunión.
- Incluir en ese correo tus dudas y tus opiniones sobre lo que has leído.
Si eres de los ocho primeros, te enviaré un enlace para que puedas entrar en la conferencia desde tu ordenador.
En esa reunión hablaré sobre las preguntas, dudas y comentarios recibidos.
Este es el texto. ¿Nos vemos el jueves?
Recuerda:
Reunión web desde tu ordenador.
Jueves 15 de septiembre a las 20:00 (hora española)
Duración: 45 minutos
Aforo máximo: 8 personas.