Hace unos meses os compartí un análisis de lo que suponían, en términos de tráfico referido a mi web, Google+ comparándolo con Facebook.
Así fue el experimento que llevé a cabo. Del 1 de junio al 30 de octubre estuve compartiendo el 95% de mis publicaciones en G+ de forma privada. Solo con mis círculos (unas 400 personas frente a las más de 3.000 que me siguen en esa red). Incluso alguna con un círculo concreto. También aumenté de 2 a 4 el número de publicaciones. El resultado fue el siguiente:
- Mejoró el tiempo de permanencia de los usuarios de G+ en mi blog. Algo así como 1 minuto, o quizás un poco menos, pero en términos relativos es mucho.
- Mejoró el rebote de mi blog para las visitas provenientes de G+. Pasó del 77% a algo así como el 72%.
- Pero, por contra, se me cayeron las visitas totales de G+ a la mitad.
- Obviamente no mejoró el número de visualizaciones a mi perfil de G+… cayó.
- No mejoró la interacción en la propia plataforma (cosa normal si me veían menos del 20% de los que lo hacían antes).
Todo lo que pasó parece obvio (al menos a toro pasado). Cayeron las visitas porque menos gente de G+ se enteraba de mis post. Y los que se enteraban estaban más interesados a tenor del tiempo de permanencia y el rebote …o sea, eliminé a los visitantes “por error o curiosidad”.
Pero el resultado no ha valido la pena. Prefiero tener más visitas y de peor calidad porque lo que he mejorado por otro lado es más bien poco. O sea, no me compensa. Así que he vuelto a compartir en abierto y sigo, o trato de seguir, con mis 4 publicaciones diarias.
Ahora, después de casi dos meses volviendo a compartir en abierto estos son los datos de mi web en términos de visitas referidas comparando las 4 redes donde tengo más actividad social: Facebook, Twitter, LinkedIn y Google+
Si elimino Facebook, que este mes ha tenido un pico muy importante debido a un post que escribí sobre la privacidad en esa red (lo que vuelve a demostrar que el contexto funciona) y distorsiona el gráfico, este es el dibujo.
El resultado sigue siendo el mismo: el tráfico que me genera G+ no es que esté lejos del de otras redes, es que es mínimo. Ni hay clicks a mis post ni hay visitas a mi perfil que lleven a mi web (cosa que sí ocurre en el resto de redes… de distintas formas, claro).
Mi conclusión es doble:
- que Google+ nos debe servir más para el posicionamiento web que para el posicionamiento de marketing “clásico” vía la conversación con el target. Está claro que en muchos resultados de búsqueda en Google aparecen publicaciones de G+ y que GoogleLocal también sale de forma destacada en esos resultados,
- que la gran diferencia entre G+ y el resto de redes está en la interacción. Cada Like de Facebook, cada RT de Twitter y cada Recomendar de LinkedIn hacen que los contactos de mis contactos se enteren de que mi publicación existe. Y esa es, justamente, la única funcionalidad que casi nadie usa en G+. Como mucho, y poquísimas veces, un +1. La gente anda más preocupada en usarla para el punto anterior que en recompartir lo que les gusta y como, además, no nos enteramos de que alguien hizo +1, porque G+ no incorpora esa funcionalidad, pues no se genera nada de Word Of Mouth. Obvio. Así no vamos bien.
Ahora voy a tratar de dedicar un tiempo a probar las comunidades. Ya es el último recurso para ver si por ahí G+ sirve (repito, más allá de los resultados en el buscador, eh?). Os lo diré en otros 3 ó 4 meses.
Mientras.. ¡Que tengáis unas estupendas fiestas navideñas con los vuestros!