Muchas veces nos olvidamos de la importancia del tónico en nuestra limpieza facial diaria por desconocimiento del producto.
El tónico es el segundo paso más importante de nuestro cuidado diario después de la limpieza y antes de la hidratación.
El tónico mejora la textura, aumenta la irrigación sanguínea provocando la revitalización de los tejidos, aporta luminosidad y refresca nuestro rostro, no solo cierra poros y acaba de eliminar cualquier resto de suciedad o impureza que la leche desmaquilladora o el limpiador jabonoso no haya logrado retirar, sino que prepara la piel en condiciones perfectas para recibir el Sérum, la Crema Hidratante o la Crema Nutritiva.
Utilizando diariamente mañana y noche el tónico facial, todo tratamiento posterior nos dará mejores resultados.
Al igual que escogemos la crema de día o la crema de noche acorde a nuestro tipo de piel debemos elegir el tónico siempre en función a nuestro tipo de piel: sensible, seca, mixta o grasa…
Si tienes la piel seca o piel sensible utiliza un tónico que sea libre de alcohol, suave y nutritivo o humectante.
Si por contra tienes la piel mixta o piel grasa utiliza un tónico que regularice el exceso de grasa matificando la piel.
¿Cómo se aplica el tónico?
La forma ideal para aplicar el tónico es embebiendo un algodón con el producto y esparcirlo suavente sobre la piel, también los hay con pulverizador, para éstos últimos tan solo has rociar sobre el rostro a una distancia de unos 20 cm.