'¿Para qué sirve la literatura?', de Antoine Compagnon

Publicado el 08 julio 2012 por Carm9n @Carmenyamigos

La lección inaugural de la cátedra de Literatura Francesa Moderna y Contemporánea del Collège de France, que Antoine Compagnon leyó el 30 de noviembre de 2006 es el texto, el magnífico y breve texto (apenas 72 páginas), del libro ¿Para qué sirve la literatura?, publicado por Editorial Acantilado.
La pregunta en sí, el plantearla siquiera, encierra ya un gran angustia. Ahora que se cuestiona la lectura en las escuelas y la cultura literaria en las universidades, ahora que los medios digitales y audiovisuales van copando un espacio antes dedicado a la lectura, Compagnon ve la necesidad de hacerse esta pregunta y recordar los valores de la literatura.
Hace Compagnon un pequeño análisis de los poderes de la literatura -deleitar enseñando, un modo de rebeldía y no sumisión al poder, el ir más allá del lenguaje, subsanando sus deficiencias y acercando al lector aquello que ya está en él pero lo ignora, o simplemente el poder del arte por el arte -para cuestionarse después la enseñanza de la misma en Francia y en toda Europa a  través del tiempo.

Antoine Compagnon

A partir de aquí, y con el apoyo de textos, citas y menciones de autores y críticos de la talla de Bacon, Calvino, Samuel Johnson, Milan Kundera, Harold Bloom, se centra en el elogio de la bendita literatura.
"La única finalidad de la literatura es hacer a los lectores capaces de gozar mejor de su vida, o de soportarla mejor."
"Las cosas que la literatura puede buscar y enseñar son pocas, pero insustituibles: la forma de mirar al prójimo y a sí mismo, (...) de atribuir valor a cosas grandes y a cosas pequeñas, (...) de encontrar las proporciones de la vida, el lugar que en ella ocupa el amor, así como la fuerza y su ritmo, y el lugar que corresponde a  la muerte, la forma de pensar en ella o de no pensare en ella (...)."
Como el mismo Compagnon dice,
"El ejercicio nunca cerrado de la lectura sigue siendo el lugar por antonomasia del conocimiento de uno mismo y del otro; descubrimiento, no ya de una personalidad compacta, sino de una identidad obstinadamente en devenir." 
Y es que en un devenir continuo nos hallamos. Al acabar una buena lectura ya nunca volvemos a ser los mismos que la comenzamos. La literatura de calidad nos hace lo que somos, nos va construyendo. Para eso sirve. ¡Casi nada!

Marcapáginas 123