No pienses tanto, siente. Pensamos mucho y lo hacemos mal porque siempre pensamos lo mismo. Damos muchas vueltas pero es dentro de la jaula, nunca fuera. Observa tus pensamientos y decide que tal vez no sean verdad y no pasa nada.
No hagas tanto, escoge qué haces y hazlo con amor, con respeto por ti y por los demás. Haz con inspiración y con ganas. Disciplínate para hacer, pero sin atosigarte y exigirte demasiado, así podrás hacer disfrutando y sin sufrir. Ponte pautas pero no te encarceles. Que tus hábitos sean los hitos que te marcan el camino y no los barrotes de la celda. Encuentra el equilibrio.
No temas parar y recalcular tu ruta. Tomarse tiempo no es perder tiempo, es aprovecharlo, es decidir desde la sabiduría interna y no desde el piloto automático que solo busca hacer sin parar para sentirse útil y ocupado. No necesitas acumular méritos ni resultados, tu valor está por encima de lo que produces. A veces paras y te das cuenta de tantas cosas que cuando vuelves a dar un paso has dado en realidad un gran salto...
No corras, a donde vas no se llega con prisa sino con presencia.
No te midas por las palabras de otros, no dejes que te pongan etiquetas y si lo hacen, no las asumas, no te las creas. No eres etiquetable, ni siquiera definible con palabras. Cuida a la vez tus palabras porque con ellas creas tu mundo...
No asumas responsabilidades ajenas. Si puedes ayudar, hazlo, pero no puedes vivir por otros, ni llorar por otros, ni superar sus miedos, ni llevar a cabo sus retos, ni sudar sus camisetas.
Agradece cada día todo lo que llega a ti, pero no esperes nada. Nadie va a salvarte la vida, solo tú. Esa parte de ti que sabe que no sabe nada pero aprende de todo y ama cada minuto.
Deja de buscar, encuentra. Está bien poner foco en lo que anhelas, pero no te pierdas el camino. No dejes de ver lo que está en tu vida solo mirando lo que te falta, porque eso te hace perder mucha belleza y no valorar lo mucho que llega a ti. Que mirar a la luna no te impida vivir este momento, este ahora, este trayecto. Lo sueños no nos pueden recortar sino motivar. No pueden dejarnos en visión túnel sin ver las oportunidades que se pasan por nuestro lado mientras vamos hacia una meta. La meta a conquistar es y siempre serás tú. Un versión de ti más libre que se siente capaz y muestra todo su valor.
Sueña, pero no te pierdas en tus sueños, no te reduzcas a tus sueños. La verdadera motivación es estar vivo ahora y estar contigo en paz.
No te reproches nada. Si algo hiciste mal, acéptalo, asume. Si lo puedes arreglar o reparar, hazlo. Pide perdón todas la veces necesarias, de corazón, y sigue adelante. Los errores reconocidos y comprendidos son tus grandes aciertos. Vívelos con tanta dignidad que les des la vuelta y sean tu honor y tu estandarte... La culpa no engendra nada más que sufrimiento y más culpa y más sufrimiento. Un bucle del que solo se sale con perdón, el de ti mismo.
Siente, no huyas de lo que sientes. La única forma de superar lo pendiente es vivirlo y reconocerlo, para darte cuenta de que no eres tus miedos, ni tu tristeza, ni tu dolor. Eres ese ser que los observa y se hace cargo de ellos desde la paz. Llora todo lo que necesites. Enfádate. Da portazos. Siente rabia, envidia... No se trata de reprimir sino de hacerlo consciente. Si te das cuenta de lo que sientes podrás usarlo para encontrar paz y coherencia. Ser optimista no es pensar que todo irá bien o saldrá como esperas, es saber que pase lo que pase confías en ti y tienes herramientas internas para superarlo y , si no, pedir ayuda.
No hace falta que te repitas mil veces que te quieres. No es que esté mal, es hermoso, pero primero saca la basura inconsciente que guardas y obsérvala. No se trata de forzarse para amarse sino de quitar los muros que lo impiden. Reprográmate y suelta. La autoestima no es un proceso para amar lo que no amas, exigiéndote y maltratándote si no lo consigues, es una decisión que te permite empezar un camino en el que antes de descubrir quién eres, tienes que apartar los obstáculos que no te dejan verlo. Cuando consigas quitar el velo que cubre tu mirada y no te deja verte, amarte será fácil. El amor llega solo cuando el camino está libre.
No te juzgues ni juzgues tu proceso. Te transformas al ritmo que debes, al que puedes y estás preparado. Que el cambio que experimentas no sea una excusa para maltratarte más y el camino hacia la libertad no se convierta en un camino de regreso a cárcel, a una más sofisticada, pero cárcel al fin y al cabo.
Acepta. Nada obra tantos cambios como aceptar que algunas cosas no van a cambiar. Porque cambias tú, tu forma de pensar, de ver... Y desde esa paz todo se transforma. No es magia, es un cambio de perspectiva, es una forma de mirar desde el amor que obra el milagro imposible. Aceptando muchas cosas cambian y otras no, pero ya no importa porque ya no arañan y las ves de otro modo... Acepta ahora y si no puedes, no pasa nada, acepta que no aceptas. Es un gran paso.
Recuerda que no controlas nada, tal vez solo tu forma de mirar el mundo pero nunca lo que pasa. Lo único que puedes decidir es cómo vivirlo y, con entrenamiento y consciencia, cómo pensarlo.
Dí que no. A veces nos cuesta y mucho, pero hay que decirle a la vida y a las personas lo que no queremos y no vivir vidas a medias. Si no puedes todavía decir no, no pasa nada, sé consciente de por qué no te atreves, de qué te frena, de qué te impulsa a estar donde no quieres estar y hacer lo que no va contigo. Encuentra el miedo que yace en ti y te obliga a vivir esa vida que no es tu vida y respira.
Que no te importe hacer lo algunos llaman "el ridículo". Siente esa vergüenza que nos piden que ocultemos y pasea con ella por la calle. Que te miren, si quieren. Que murmuren... No reniegues de ti, de lo que realmente eres y de lo que amas... Que se rían, no importa. No hay nada en ti que sea defectuoso o equivocado. Algunas personas miran a los demás y se mofan de ellos porque encuentran sus propios miedos proyectados en el otro y creen que así es más soportable su amargura... No caigas en ese juego. Cuando te mires con el amor que mereces, sus miradas inquisitivas se desvanecerán o no podrán hacer mella en ti. Nada es una ofensa en realidad, es un juego de espejos que termina mirando dentro de ti y dejando de mirar tu reflejo en el otro y juzgando.
Cuando recibas esos golpes de la vida, esos arañazos, esos momentos duros que siempre llegan no te culpes, trátate bien... Para y siente ese dolor y pregúntate qué te das tú a cada momento. La vida es un espejo y no se trata de reprocharse sino de usarlo para darte flores y respeto en lugar de críticas y desamor. Cuando menos te comprendas y te valores es cuando más amor necesitas por tu parte.
Mira sin juzgar y si lo haces, date cuenta y suelta esa necesidad. No pasa nada, eres un ser humano. Solo date cuenta. Cada vez que juzgas, recortas un universo y lo reduces a una dimensión, a un resultado, a un miedo. Si te abres a ver al mundo capaz, lo capacitas. No pidas nada pero ábrete a recibirlo todo, lo mejor, porque eso es lo que mereces.
Comparte lo que eres. Comparte lo que haces. Comparte tu talento. Aporta todo lo que puedas sin temor a que te copien, te imiten, te critiquen. Comparte sin miedo a quedarte vacío. Lo que realmente das desde el amor siempre se multiplica en ti...
Cuando todo se ponga oscuro, respira. Nos olvidamos de respirar, nos olvidamos de respirar en calma y profundamente. Nos conectamos a la angustia y nos dejamos llevar por ella, vivir por ella. Respira y mientras respires, solo haz eso, respirar. Toca con tus pies el suelo y nota la tierra, siente que te enraízas y nota como el aire entra en ti y sale sin esfuerzo. Invita a la vida a vivirte, a ser vivida por ti... Procura estar presente en tu vida porque es ahora, solo ahora. No tengas pasado ni futuro, tente a ti. Te bastas y te sobras si realmente conectas contigo.
Nadie podrá estar contigo si tú no estás contigo, si no estás de tu parte... Tal vez esté a tu lado, comparta el camino y te dé la mano, pero nadie llena el vacío que tú mismo no te llenas.
GRACIAS por leerme.
Fuente https://mercerou.wordpress.com/2022/02/22/para-que-tu-vida-sea-realmente-tuya/