Aquel sábado 2 de diciembre de 2001, mientras todo el mundo estaba comentando el paquete de medidas económicas de Cavallo (corralito) quizás pasó desapercibido el primer paso en falso de la selección de Bielsa, el sorteo del mundial.
Para esa época yo ya estaba convencido que el mundial lo ganaba el equipo con el fixture más accesible y jugar contra Inglaterra, Suecia y Nigeria en la fase de grupos no era tarea fácil.
Me convencí de esta teoría después del único mundial en el que la selección me generó expectativas, el de Francia. El camino a la gloria en la fase de “play off” de esa copa era Inglaterra, Holanda, Brasil y Francia. Prácticamente imposible.
En cambio salió campeón Francia, que además de ser local, jugó partidos accesibles como Paraguay y Croacia.
El camino del último campeón hacia el título en Alemania tuvo a Australia y a Ucrania, casi sin esfuerzo estaba en semifinales.
En el 2002 Brasil jugó contra Bélgica, Inglaterra y Turquía antes de jugar la final contra Alemania, que entró por la ventana, ya que jugó contra Paraguay, Estados Unidos y Corea.
En el mundial de Estados Unidos, Brasil le gana el título por penales a Italia, después de haber eliminado a los seleccionados de Estados Unidos, Holanda y Suecia. E Italia superó los escollos de Nigeria, España y Bulgaria.
Muy cerca de la hazaña estuvimos en el 90. La selección venció a Brasil, Italia (penales) y no pudimos frente a Alemania. El único de los “cuatro grandes” que venció a los otros tres en un mismo mundial fue Italia en el 82, que venció a Argentina y Brasil en la segunda fase de grupos y a Alemania en la final, aunque la copa se jugaba con otro formato.
En el 86, Argentina logra el título venciendo a Uruguay, Inglaterra, Bélgica y Alemania. Y en el 78 Argentina pierde en primera ronda contra Italia, y empata con Brasil, antes de jugar contra Holanda.
Alemania gana en el mundial del 74, sin vencer a rivales de jerarquía y Brasil en el 70 elimina a Perú y Uruguay antes de llegar a la final.
Hay una “verdad de cassette” en el fútbol que dice que para ser campeón hay que ganarle a todos, es uno de los tantos versos que algunos se creén. No solo los hechos sino las simples leyes de las probabilidades lo niegan.
Anexo probabilístico. (basado en supuestos)
Podríamos suponer que el fúbol es azar y que un equipo tiene ciertas probabilidades de ganarle a otro. Si dividimos los equipos en tres grupos según su jerarquía, podemos concluir que Argentina tiene una probabilidad del 50% de ganarle a un equipo de similar jerarquía, un 70% de ganarle a un equipo medio y un 90% de ganarle a un equipo inferior. Obviamente cuánto más fácil sea el fixture más lejos vamos a llegar.
En el 98 el camino de Argentina era Inglaterra, Holanda, Brasil y Francia. Suponiendo que todos son equipos de similar jerarquía, la probabilidad de salir campeón era de 6,25% (50% x 50% x 50% x 50%). En cambio si el camino está ocupado por equipos inferiores las probabilidades se elevan a 65,61% (90% x 90% x 90% x 90%).
Podemos concluir que está absolutamente fundamentado el deseo de eliminación temprana de las otras potencias.
Juan Pablo Serra*
*El autor es profesor de Probabilidad y Estadística