Para ser feliz hay que mirarse al espejo

Por El Blog De David Fernández Ojeda @alejandrodavidf

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En primer lugar, como no podía ser de otra manera, comencemos por denominar al desempleado como “parado inquieto” y, a partir de ahí, te propongo un ejercicio de conciencia colectiva que nos haga pensar sobre esa caja de pandora que puede ser la felicidad mal entendida. Dudo que haya muchas personas que se distancien del concepto de felicidad más allá de la salud, el dinero o el amor… Bueno, quizás, en estos momentos debería concretar en el empleo tan preciado como escaso.

Fuente imágenes composición: facebook y picstopin


Sin duda los tópicos tienen su base bien fundada en las tradiciones, en las estadísticas o incluso en las leyendas urbanas. Hay de todo en la viña del Señor y cada cual tendrá sus preferencias pero, sinceramente, hay cosas que me cuesta asimilar: como ese spot publicitario en el que un señor llega a casa tras ser despedido por su jefe y, tras comentarlo a su mujer, ésta le contesta “No importa, ya encontrarás otro trabajo” y, como si nada ocurriera, se les despierta el instinto animal y concluye diciendo: “Si tu vida sexual está bien, lo demás no importa”.
Existe una definición muy particular para este concepto: “La FELICIDAD es un eterno cuestionario humano”. Ciertamente, puede ser así, pero existen tres pilares básicos que no son otros que los citados. Sin embargo, el problema podría surgir si tuvieras que elegir uno sólo de ellos. En este caso, ¿por cuál te decidirías?.
Podría desglosar, si me lo permites y siempre desde el respeto, en tres los tipos de personas según su tendencia:
Los aprensivos, especialmente preocupados por su salud y la importancia de ésta para que la vida merezca la pena ser vivida.
Los materialistas, a los que les mueve el interés de cubrir con holgura –quizás desmedida- sus necesidades más o menos básicas y, a veces, las de su entorno.
Los románticos, que piensan que el mundo gira alrededor del amor y que aquél no tendría sentido sin éste.

Es posible que te puedas identificar en mayor o menor medida con cada una de ellas y aportarles el peso que estimes oportuno para alcanzar el equilibrio que te llevará a esa felicidad de la que hablamos. Pero, ojo, he dicho que había que elegir sólo una.
Pues, por mi parte, voy a hacer mi propio ejercicio y me encantará compartirlo contigo:
No pretendo poner en valor la salud, el dinero o el amor, sino el empleo. Casi un artículo de lujo en los tiempos que corren y, aunque relacionado en cierto modo por causa-efecto con el dinero, distan mucho entre ellos (a mi criterio).
Me gustará analizar el empleo desde los distintos prismas que percibo porque la felicidad puede llegar a los desempleados por varias vías:
Recruiter
Recibiendo por parte de éstos la misma dosis de respeto y consideración que ellos mismos reciben. Aplicando las mejores prácticas y un sentido de la responsabilidad para humanizar su profesión para que ésta no sólo se centre en satisfacer al cliente-empresa sino que aúne intenciones en pro de ayudar al desempleado como parte de su trabajo. A mí me ha sucedido, seguro que a ti también… Habrás encontrado al otro lado personas que tras realizarte una entrevista te llevas la sensación de que han ido a “pillarte” y otras que han utilizado sus recursos para facilitarte que te vendieras lo mejor posible para el puesto ofertado. El recuerdo que te llevas, por supuesto, no es el mismo y, aunque no es justo generalizar, es por este grupo de “pilladores” por los que un colectivo tan válido e importante en la búsqueda de empleo para tantos y tantos desempleados pierde crédito y humanidad.

Hace feliz:
recibir ayuda, la mayor consideración y gran dosis de humanidad.

Empresa
Es la meta que da sentido a la lucha de más de seis millones de personas en este país y con la que se encuentra en constante y cíclicas fases de desamor: a veces contrata, a veces despide… De ellas se espera reconocimiento cuando estás dentro y, claro que sí, cuando estás fuera para que te abran de nuevo sus puertas. Es la que puso en uso aquélla frase de “sólo somos números” y, sin embargo, es la que mayores recompensas puede darte. Así, cuando estés dentro, lucha por ella y defiéndela; y cuando estés fuera, respétala y piensa qué es lo mejor que puedes ofrecerle. Por otra parte, cuando estás en ellas, deberán darte la seguridad que necesitas, el reconocimiento que mereces y su apoyo incondicional cuando haces bien tu trabajo. SI estás desempleado, sólo puedes pedir respeto.

Hace feliz:
el justo reconocimiento, que “esté” cuando se necesita y el máximo respeto.

Sociedad
Es el medio en el que te encuentras y, sin embargo, si fueras pez, a veces podrías llegar a pensar que no tiene agua. Sinceramente, no creo que sea el mejor entorno para un desempleado que llega a sentirse desplazado en muchos aspectos pero, como es el único, no hay más remedio que adaptarse y pelear por conseguir hacerte el sitio que mereces. Desde los políticos a los intelectuales, de los super ejecutivos a los auxiliares o desde los niños a ti mismo, la imagen del desempleado merece cambiar. Es obvio que muchos no entienden que el trabajo más duro que existe es el de buscar trabajo y merecen la máxima consideración.

Hace feliz:
dejar de oir necias palabras de personas acomodadas, apoyo de medios y de personas.

Desempleado
Aquí, si estás en esta situación, eres el protagonista y, por supuesto, dueño de tus actos. Es fácil hacer menciones gratuitas al desánimo, la desgracia o la desesperación. Quizás no deba recordarte que necesitas trabajar pero que, no menos importante, necesitas reconocer tu condición y circunstancias actuales para poder actuar en consecuencia. Tus éxitos pasados podrán darte fuerzas para hacer frente al presente pero –para concluir la frase- no te regalarán un futuro si no los has luchado. Eres tú mismo quien debe marcar el paso, firme y disciplinado, hacia el empleo y, si es con ayuda, mejor (la compañía siempre esbuena). Te resumo el concepto en una sola frase acuñada para la ocasión: “El hecho de que recibas ayuda no significa que hayas fracasado, sino que tienes la fortuna de no estar solo”.
Hace feliz: volver a trabajar, sentirse útil y, sobre todo, sentirse querido.

Fuente datos: Instituto Coca-Cola de la Felicidad


En conclusión, mi llamamiento a…  Los RECRUITERS, para que todos hagan sentir protagonista al candidato y reconozcan en su justa medida sus cualidades y habilidades a través del máximo respeto.  A las EMPRESAS, para que devuelvan la fidelidad de sus empleados en forma de merecido reconocimiento y consideración. A la SOCIEDAD, que deje de hacerse eco de necedades y apoye a los que lo necesitan. Por último, a los DESEMPLEADOS, a ti, si te sientes identificado con estas palabras, míraos al espejo, sonreid, y no olvideis al profesional excepcional que llevais dentro.
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