Para ser genio hay que ser desequilibrado

Domingo 18 de mayo de 2014.
Mucho lo he pensado, y como toda gran verdad, si te sientas a meditar acerca de esta situación notarás que es simple, real y sencilla.Genios como Beethoven. Una infancia maldita, una sordera que destruyó su corazón y la soledad que lo hizo una persona insorportable, que fue capaz de ponerle sonido a las emociones más recónditas de nuestros espíritus. Genio desequilibrado.Genios como Howard Hughes. Su OCD (sindrome obsesivo compulsivo) lo mantuvo desequilibrado mientras, sin tener estudios formales de aviación, creó genialidades como el Spruce Goose y el F1 -aviones que rompieron todo lo conocido hasta ese momento-, las cabinas presurizadas de los aviones que partieron siendo un accesorio en su propio auto, los satélites, los vuelos sobre el Atlántico y muchas más. Un loco más.Mi pintor favorito, Maurice Utrillo Valadon, niño sin padre que se refugió en el alcohol para sobrevivir a sus propios temores, mientras creaba esas bellas imágenes de su natal Montmartre. Para qué decir el caso de Van Gogh y Edvard Munch. El escritor Edgar Allan Poe, maestro de los cuentos de terror, quedó en su infancia desamparado, fue adoptado, se enamoró de su prima que falleció muy joven, y él mismo murió en las más extrañas circunstancias.Para llegar donde nadie más ha llegado, en el ámbito que sea, parece ser una constante el que se ha de llegar solo y desamparado. No hay quien pueda estar junto a un genio, comprender sus excentricidades.Esa genialidad además despoja al genio de toda habilidad social y emocional. La energía desbordante de este creador lo desnuda de tacto, de empatía, y lo hace ver a los ojos de otros como un loco.Así las cosas, si me dieran a escoger, prefiero ser una persona más. Prefiero la sonrisa de mi ser amado, el calor de su pecho, a cualquier otra gloria en este mundo.Un ser humano más.