Para ser más feliz, aprende a estar triste

Publicado el 08 marzo 2023 por Xfayape

 

¿La tristeza como clave de la felicidad? Al menos es lo que dicen Helen Russell, la autora británica del libro: Cómo estar triste, y Christopher André, psiquiatra y autor de Consolations. Vamos a verlo.

¿Qué ocurriría si, de vez en cuando, dejásemos que nos invada la tristeza, sin tener ninguna aprensión por lo que pudiera resultar de ella, o bien por los sentimientos de vergüenza que pudieran aparecer?¿ Podríamos ser más felices? En cualquier caso, esta es la tésis de la periodista y autora británica, Helen Russell, desarrollada en su libro How to besad (cómo estar triste), publicado en octubre de 2021*. Basándose en su viaje personal y su investigación científica, explicando por qué nos beneficiaríamos de enfrentar la tristeza para optimizar nuestra felicidad cotidiana. Permitirnos experimentar el sufrimiento no solo disminuiría las consecuencias, sino que también nos haría apreciar todavía más los momentos de alegría.

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Más perseverancia y generosidad

Sentirse cómod@ con tu sentimiento de tristeza ayuda a mejorar la atención sobre los detalles, dice el autor, basándose en la investigación de Joseph P, Forgas, profesor de Psicología australiano, que se publicó en el año 2014. Según refiere, las personas que se entregan a la tristeza están más atentas a la información externa y no confían solamente en sus primeras impresiones. Por lo que esta emoción supone un activo para las interacciones sociales, como es el caso de los conflictos, donde la comunicación debe ser muy cuidadosa.

Las personas abiertas a la tristeza también son más propensas a la generosidad, así para demostrarlo, el profesor confió una suma de dinero a un grupo de personas y analizó la cantidad ofrecida por estas personas a otros. Joseph P. Forgas concluyó en que aquellas personas que estaban de mal humor daban mucho más dinero a los demás que a las personas que se mostraban felices. ¿La explicación?, fue que tardaron más en tomar sus decisiones, lo que sugiere que prestaron más atención a las necesidades de los demás y fueron más atentos y reflexivos sobre sus elecciones.

Finalmente, aceptar el dolor puntualmente aumentaría la perseverancia, observa Forgas. Aquellos que experimentan este sentimiento estarían más motivados a realizar esfuerzos para salir de su estado desagradable.

Mejor autoconocimiento

Estar triste cumple una función real (Christopher André) psiquiatra, autor de Consolations, los que recibimos y los que damos*,

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Según el autor, el duelo abre las puertas del cambio, nos obliga a reflexionar sobre nuestras vidas y nos empuja, así, de esta manera, a cambiar nuestra forma de actuar. “Negarse a estar triste es negarse a sí mismo en los momentos de marginación y reflexión sobre lo que está mal. Pierdes algo del orden del autoconocimiento”.

Sin mencionar que la mejor manera de reducir y acortar la tristeza es permitir que esté presente y vivirla. Reprimirlo es inútil, “es un poco como que se nos prohíba pensar en una cosa en particular”, comenta la periodista Helen Russell, “lo único en lo que podemos pensar será precisamente en eso”.

La búsqueda del perfeccionismo de la felicidad

La tristeza puede ser una emoción inevitable de nuestras vidas, muchos huyen de ella (Christophe André), algunos adoptan la pose porque la emoción, dolorosa, los asusta. Para otros, la tristeza está teñida de un sentimiento de vergüenza, cuyas raíces pueden estar en la infancia, cuando los adultos piden no llorar, o enfatizan que prefieren ver al niño sonriendo, y así, ¿cómo va a saber lidiar con la tristeza en la edad adulta, si no la experimentan en la infancia?, pregunta Helen Russell, cuando estemos tristes, entonces nos sentiremos culpables y avergonzados.

No obstante, cabe recordar que existen excepciones, como es el caso de la existencia de antecedentes depresivos, en cuyo caso, la tristeza debe tratarse enérgicamente con la ayuda de un terapeuta (Christophe André).

Un error común es confundir un disgusto temporal con sintomatología depresiva, con una auténtica depresión, como son las emociones ligadas a una herida, una decepción o una enfermedad, cuestiones no alarmantes y propias del mundo emocional.

Esta confusión puede tener su origen en un perfeccionismo respecto a la felicidad y el bienestar, que entiende que esto de ser feliz significa encontrarse bien… siempre. Una ilusión, según Helen Russell: “Lo principal no es estar constantemente de buen humor, sino vivir una vida hermosa, incluso si ello conlleva sufrimiento. “La negatividad, esos momentos de nuestra vida en que estamos inquietos, nostálgicos, ansiosos, hay que saber que todo ello forma parte de la normalidad (Christophe André). El bien estar es un equilibrio, un buen ratio, según dice el psiquiatra, en el que se viven momentos con un registro emocional negativo y otro/s positivos.

Aceptar la/tu tristeza

Si ignoras tus emociones negativas, puedes perjudicar a tu salud mental, puesto que pueden obstaculizar o evitar el acceso a otros espacios vitales, tales como los de la alegría o el del placer (Helen Russell), todo lo que evite la tristeza tiene consecuencias en tu psiquismo y en tu organismo tales como el dolor abdominal, cefaleas e incurrir en todo tipo de adicciones y excesos (alcohol, drogas, tabaco) hasta el punto de incurrir en un estado depresivo, cuestión lógica cuando se considera la tristeza como algo anormal, en cuyo caso se torna patológica.

Un estudio de la Universidad californiana de Berkeley, publicado en el Journal of Personality and social Psichology de diciembre de 2018, en el que se analizaba que lugar ocupaba la aceptación de las emociones negativas en la salud psicológica de 1.300 adultos, se demostró que los participantes que expresaban libremente sus emociones negativas presentaban menos trastornos del humor y al contrario, los que huían de su expresión se afectaban significativamente por el estrés.

Como proceder para afrontar la tristeza

Cuando la emoción nos es ajena, la primera etapa consiste en aceptarla en nuestro ser consciente, a sabiendas de que vamos a tener días de sentirla y otros en que no. Si nuestras emociones estuvieron adormecidas durante nuestra infancia, lo primero que debemos hacer es evitar, detenerlas y sentirlas.

Es como escuchar música triste y nostálgica no es óbice para estar conectados con la emoción que suscita escucharla. (Helen Russell). Un estudio del año 2014, indica que consuela y regula el mal humor y las emociones negativas. “Es bueno amplificar las emociones y “purgarlas”, así se superan sin abandonarlas. (Christophe André).

Dos excelentes herramientas: los videos y la meditación

Autorrecogerse en uno mismo para transformarnos en una persona-recurso, con la oreja presta en caso de necesidad. La actividad física, ese paseo de 20 minutos, el reposo, una alimentación placentera y sana son más que recomendables.

Una vez la tristeza ha sido explorada y asimilada, es tiempo de abrirse, tras ese tiempo de aparente desesperanza, nos espera un tiempo de dicha. “Tras la tempestad viene la calma”, “por encima de las nubes está siempre, el sol brillando”.

“El único bienestar posible es el bienestar trágico resiliente. “La vida nos ha condenado a estar malhumorados y tristes de forma regular, la solución no es la desolación sino el consuelo de los momentos de alegría. La alegría y la felicidad no suprimen ni evitan la tristeza, solamente ayudan a afrontarla”. Christophe André.

*How to besad, Helen Russell (en lengua inglesa), Harper Collins Publishers, 384 p.

*Consolations, celles que l´on reçoit que l’on donne, de Christophe André, éditions de l’iconoclaste, 330 p., 21,90 €.

La fotografía

MUSICANDO

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