¿Te haz descubierto a ti mismo tratando de mejorar tu rendimiento con trabajo duro? Y terminas el día agotado y sintiendo que hiciste muchas cosas, pero lograste pocos resultados.
Si esto te pasa a menudo, es el momento de parar y entender que para tener alto rendimiento no necesitas trabajar más, sino hacerlo mejor. Lo sé porque yo ya viví esa misma situación.
Vale la pena hacer un alto y revisar que es lo que está sucediendo que te esta consumiendo la energía y cual es la forma de corregirlo antes de que te consuma.
Cuando comencé a estudiar acerca del tema de la productividad, me sorprendió el entender que el tiempo no se gestiona y que lo único que realmente podía administrar eran mis niveles de energía y atención, fue algo que marco un antes y un después en mi desempeño.
Fue algo tan simple que no podía creer que modificara la forma en la que vivo tan profundamente, porque gestionar la energía no solo te beneficia a nivel laboral, sino que te ayuda a tener un buen vivir.
Tener una vida satisfactoria depende de la forma en que gestionas tu energía.
Para lograr gestionar la energía es necesario bucear un poco dentro de nosotros y expandir la consciencia con el fin de detectar las fugas que nos desgastan, yo lo hago contestando las siguientes preguntas:
- ¿Cómo me siento hoy? Por lo general la aplico al despertar
- ¿Qué actividad tengo que realizar y si me entusiasma o me estresa?
- ¿Con que personas voy a compartir el día y como me siento en su presencia?
- ¿Qué tal va mi día? Esta me sirve cuando siento que estoy distraída o desmotivada
- ¿Qué logros tuve el día de hoy? ¿Qué cosas agradezco de esta jornada? Cuando termino mi jornada me ayuda a reconocer lo éxitos cotidianos.
Para tener un seguimiento utilizo una libreta de registro, otros le llaman diario y me sirve para poder encontrar las correlaciones entre lo que pienso, siento y mis niveles de energía y por lo tanto de productividad, esto me llevo a identificar lo siguiente.
Altos niveles de energía: me levanto de buen humor, sonrío, practico mindfulness o meditación, me divierto, siento motivación por las actividades que me esperan ese día, comparto con personas de buena vibra, hago ejercicio, me siento retada por tareas.
Bajos niveles de energía: me tardo en salir de la cama (casi nunca sucede, pero cuando se presenta aplico la técnica de los cohetes espaciales 5,4,3,2,1 y paso a la acción), no he meditado, los alimentos que he consumido son chatarra, tengo que hacer tareas aburridas, no planee el día anterior las tareas, vi mi correo antes de hacer una actividad importante, tuve mil reuniones con personas “mala actitud”.
Y puede que estés pensando que eso nos pasa a todos y tienes razón, nadie nos enseñó a gestionar nuestros niveles de energía, pero cuando aprendes a hacerlo ya no lo vas a dejar porque te potencia tu desarrollo personal.
Mi plan para gestionar la energía
- Identificar: ¿qué actividades me desgastan y cuales me recargan?
- Definir las formas en las que puedo recuperar mi energía en un día difícil
- Practicar, practicar y practicar hasta sea parte de ti.
Estas son las formas en las que logro recuperar la energía, pruébalas y si encuentras otras estaré encantada de probarlas yo también.
- Busca una fotografía de la naturaleza que te produzca un efecto relajante y obsérvala detenidamente por un minuto.
- Escucha una canción alegre que te haga parar de tu silla.
- Vence el agotamiento con entusiasmo, No te resignes. En lugar de eso, cambia por actividades más gratificantes así reanudas la actividad eléctrica de tu cerebro y de tu cuerpo y liberas neurotransmisores antiestrés y que producen felicidad. Ten
- Actívate, da un pequeño paso, baja las escaleras asómate a la ventana o toma un poco de sol.
- Sintoniza con las emociones positivas, ten en tu teléfono una imagen de algún ser amado y cuando estés entrando en la espiral negativa, obsérvala y recuerda un momento agradable y veras como derrotas al pesimismo.
Algo que es clave es comenzar a introducir estas practicas poco a poco e ir probando con cual te sientes mejor, espero que te sirvan tanto como a mi.