Paradigma Berlusconi

Por David Porcel

Una educación que permanece ciega a los deseos y pasiones de quienes la reciben es una educación condenada a reproducir las mismas inercias y vicios que, en principio, ella pretende combatir. La educación debe servir a la sociedad pero sin amoldarse a ella, manteniendo su poder diferenciador y cultivando todas las esferas del ser humano. Muy ilustrador en este sentido el artículo que nos regala el profesor (jubilado) y filósofo amigo Miguel Ángel Velasco, y que titula El paradigma Berlusconi