La Cartuja de Pisa se encuentra en Calci, en la falda de la montaña, a unos diez kilómetros al Este de la ciudad. De sus relojes y meridianas ya hemos hablado, corresponde ahora dedicarse a sus suelos de mármol de tres tonos con los que se construyen hermosas paradojas ópticas.
La Cartuja se construyó en el siglo XIV pero lo que predomina es su reconstrucción barroca del XVII. Los suelos serán de esa época.
No solo hay sensación de profundidad: en los cubos o tetraedros también cambia la sensación, tanto pueden verse como emergiendo como al revés.
Los trampantojos de las pinturas merecen especial atención. Nos limitamos a mostar una de las muchas ampliaciones del espacio donde se incluyen suelos y columnas.