"La verdad está ahí fuera". Tenía que empezar de esta forma. Siempre me gustó esa frase. El Universo está lleno de misterios sin resolver en dónde la única solución es creer o ser un friki. Pero creer por creer es absurdo. Alguien sólo puede creer por una razón, que casi siempre está relacionada con nuestra experiencia emocional. No creemos en dios por amor al arte, nis por casualidad. Es la creencia la que marca las diferencias de las verdades que cada uno atesora en su interior como si fueran la verdad absoluta. El ser humano no sirve para dudar, porque la duda pone nervioso al cerebro. Y el cerebro no está para alterarse. "A veces, la única salida cuerda en un mundo de locos es la locura". Pero no hagan cuenta de ello "a fin de cuentas todos somos una parte de un todo que nos integra, todos llevamos el caos y el orden, la creación y la destrucción. Todos somos al mismo tiempo víctimas y responsables de nuestras vidas". Pero, la verdad también está dentro de nuestras venas y respira del aire que respiramos. Así que diría que, la verdad, está en todas partes, o mejor, por todas partes. Andando, sonriendo, con cara de "mala follá", llorando, o viendo la tele. No sé, no estoy muy ducho en verdades; yo soy más de puro cinismo (tendría que haber nacido en el Barroco español); y tal vez hubiera hecho grandes versos, o hubiera muerto de hambre o en los tercios españoles guerreando por medio contienente, mientras pasa el oro de las Américas por mis narices hacia la Banca Italiana y Europea. No va plus. La Banca siempre gana.