"Paraíso: Esperanza" la ternura de Ulrich Seidl viene con sobrepeso

Publicado el 30 agosto 2013 por Fimin

30 de Agosto del 2013 | etiquetas: Estrenos Semanales

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Primero fue el amor, luego la fe, y ahora es la esperanza, quien cierra el incendiario "Paraíso" de Ulrich Seidl.

¿De qué va?

Mientras su madre se va a Kenia en busca del amor y su tía prosigue ocupada en propagar el Evangelio, Melanie es internada junto a un grupo de jóvenes en un campamento de verano situado en las montañas de Austria para adelgazar.

¿Quién está detrás?

Un pornógrafo social.

¿Quién sale?

La joven protagonista, Melanie Lenz, fue descubierta tras 18 meses de arduo casting. El doctor, Joseph Lorenz, deja momentáneamente la escena teatral para debutar con Ulrich Seidl. Ambos dan la talla aunque la palma, sin embargo, se la lleva la no-profesional Verena Lehbauer en el papel de la inseparable amiga de Melanie. Un debut prometedor.

¿Qué es?

Pasolini + Haneke

¿Qué ofrece?

Tras llevar lo más granado de la flora femenina a la búsqueda del 'makelele' africano, golpearnos con contínuas flagelaciones o rosarios apuntando a bizarras orgías sexuales, damos con una troupe de desgraciados obesos preadolescentes internados en un campo de adelgazamiento que tiene como especialidad de la casa no ayudar absolutamente en nada. Y desgraciados, no precisamente por su sobrepeso, más bien por la desatención y la falta de cariño que lo ha provocado. Precisamente, la misma desatención que también padecen en el centro.

Pero que nadie se equivoque ni espere que corra la sangre. La traca final de Seidl nos llega envuelta en la versión más tierna posible del director de "Dog Days" (lo cual no quiere decir que realmente sea tierna). Quien lo diría, la trilogía no acaba por dejarnos k.o, más bien, nos llega en forma de caricia (al estilo Seidl, claro), a través de esa esperanza que yace en el triste amor que Melanie espera despertar en un doctor perversamente reprimido, o en el cariño que todos estos pobres chicos anhelan sentir por parte de sus progenitores. Ellos son los principales culpables de un sobrepeso cuyo único origen está en la carencia de afecto y amor que padecen. Un amor que nuevamente nos devuelve a Kenia cerrando el ciclo. Triste pero real, así es el (supuesto) "Paraíso" en que vivimos.