Una de las preguntas que constantemente me suelen hacer es acerca de cómo llevan los hermanos de Rodrigo su condición. Y de alguna manera resulta bastante lógico.
Siempre he comentado que la poca edad de diferencia con su hermana ha facilitado mucho la adaptación, comprensión y normalización de una rutina familiar que sí, es diferente a la de familias con niños sin ninguna afectación. De hecho, el pequeño ha tardado más en interiorizarlo y en estrechar lazos, pero supongo que como cualquiera al que le toque ser el más pequeño en una familia numerosa.
A día de hoy puedo decir que mis hijos son tres hermanos que han construido una dinámica propia, en la que las risas, las peleas, los llantos, el juego, lo compartido está presente. Como en cualquier familia. Y es un trabajo que hay que sembrar, que hay que cimentar porque las dudas surgen, y no son pocas. Y a los niños hay que explicarles las cosas como son, lejos de metáforas y mentirijillas, porque es como las comprenden, y porque pueden hacerlo. Son muy inteligentes e intuitivos, y no debemos despreciar eso.
Hoy vamos a conocer la historia de una hermana que nos acerca una realidad emotiva pero a la vez tremendamente realista y divertida. Cuando conocí a Gio, alias Misión: Mamá Ninja, fue evidentemente en las redes de madrugada. Una mombie asentada en Bélgica confesa que se fue ganando mi simpatía y ternura. Su Twitter rebosa sensibilidad, compromiso y generosidad, algo que se refleja en su blog, un lugar donde pasearte como por tu casa y descubrir historias del día al día, actividades, manualidades, recetas, y todo con muchísimo corazón.
Al compartir una bellísima foto de su hermano con su hijo quedé prendada. Y en su testimonio ella abandera el concepto Familia sobre cualquier dificultad, problema o condición.
No os podéis perder esta preciosa historia digna de cualquier guión.