tes de 1952,La actual situación de Bolivia con paramilitares “motoqueros” y “resistentes” a nivel nacional, aterrorizando con total impunidad a la población y a diferentes personalidades, no es nueva y los métodos son los mismos que los empleados por los paramilitares de Banzer y García Meza, como comprobaremos en el paralelo histórico que pretendemos realizar en el presente artículo.
La parte relativa al recuento histórico del paramilitarismo hasta el golpe de 1980 corresponde al estudio “El Poder de la Mafia” de la organización de derechos humanos “Nizkor”. A partir de dicho estudio realizaremos el análisis de similitudes operativas con la época actual, durante el intento separatista de la Media Luna ( 2006-2008) y su reaparicion antes durante y despues del Golpe de Estado del 10 de Noviembre (2018-2020)
¿Cómo explicar el que una auténtica mafia civil-policial-militar llegue a hacerse dueña de todo un país, tanto en 2019 como en 1980? Para aproximarse a la respuesta, es preciso esbozar el pasado.
Antes de 1952, indigenas y cholos aindiados de Bolivia no podian ingresar a espacios publicos de las urbes. No se necesitaban ordenes expresas.Todos lo sabian. Era normal. Ahora hay que reeducar a la gente. Se han soliviantado demasiado. Son necesarios los paramilitares,Cochabamba, Enero 17 :
@Marco_Teruggi y te cuento que no solo se vive una Dictadura, también el racismo está a flor de piel, por grupos paramilitares apañados y condecorados por la presidenta Golpista.
Cochabamba 17/01/2020
Mujeres de pollera son expulsadas de una plaza. pic.twitter.com/C3xWgDNq1Y— Pavlova23 (@GaOr_Enylrak) January 17, 2020
Orígenes de los paramilitares: 1950-1971
La existencia de bandas armadas de carácter irregular e ilegal, compuestas de elementos organizados militarmente y vestidos de civil, dedicados a las «tareas sucias» de la represión política y del terrorismo de Estado, genéricamente denominadas «policías paralelas» , «grupos parapoliciales» o «paramilitares», no es algo exclusivo de Bolivia. Muchos países han tenido que enfrentar esta excrecencia social. Sin embargo, las dimensiones que este fenómeno ha cobrado en Bolivia, tanto en 1980 como en 2019, tienen pocos precedentes.
Los «paramilitares» en Bolivia llegaron a constituirse en un verdadero «ejército paralelo» debido a su capacidad operativa y la impunidad con que actúan ahora como en sus orígenes. Aunque como «poder paralelo los paramilitares eran un fenómeno nuevo en la Bolivia» de los años 70, se pueden rastrear sus orígenes remontándose hasta los grupos de choque que, en los años cincuenta, organizó la fascistoide Falange Socialista Boliviana (FSB) con el nombre de «Camisas Blancas». De esa época data el nombre de Carlos Valverde Barbery (Padre del periodista), que en 1971, lanzó a sus paramilitares falangistas contra el pueblo, siendo por ello premiado por Banzer con el Ministerio de Salud.
Fue con ocasión del sangriento golpe de Estado del 1971, cuando hicieron su aparición los primeros embriones de grupos paramilitares. Mientras en La Paz hacían el oficio de francotiradores asesinos (militantes falangistas como el «Mosca» Monroy o Alberto Alvarez y delincuentes juveniles como la banda de los «Marqueses»), en Santa Cruz de la Sierra se aplicó el sistema de «escuadrones de la muerte» importado del Brasil. Widen Razuk Abrene y Oscar Román Vaca dirigieron dos de estos «escuadrones» que entre el 19 de agosto de 1971 y marzo de 1972 se cobraron la vida de 304 personas (según testimonio del ministro del Interior de Gueiler, Jorge Selum).
Con estos y otros elementos provenientes del ejército, la policía y el hampa, el régimen banzerista organizó su policía política. Durante los siete años que duró el régimen, estas bandas semiclandestinas y parapoliciales fueron las encargadas de sembrar el terror entre la población, especializándose en los asaltos nocturnos a los domicilios y refinados sistemas de «interrogatorio» y tortura a los «detenidos» políticos.
Orígenes de los paramilitares actuales 2006-2020
La única diferencia entre los paramilitares de los años 70 y los actuales, es que estos últimos no pueden asesinar con la impunidad de antes, no solo por el mayor poder de la opinión pública y la facilidad relativa de la denuncia (redes sociales, teléfonos inteligentes,etc.), sino porque deben preservar un nivel mínimo de legalidad para presentarse como “ciudadanía indignada” o “jóvenes luchadores por la democracia”, en el marco de las técnicas “blandas” del intento separatista de la Media Luna y del golpe de estado de 2019. En el resto son exactamente lo mismo; las mismas tácticas operativas, los mismos objetivos político-militares de reprimir y aterrorizar a la población para inhibirla de la acción, la misma composición social e incluso la misma proveniencia cultural y regional. Nada nuevo bajo el sol. Los de hoy, son nietos de los de ayer.
Como en el proceso anterior del paramilitarismo en las dictaduras de Banzer y Garcia Meza, la cuna y semillero de las bandas paramilitares es nuevamente Santa Cruz de la Sierra:
Fernando Camacho se convirtió a los 23 años en el vicepresidente de la organización cívica Unión Juvenil Cruceñista (UJC), permaneciendo en el cargo de 2002 hasta 2004 bajo la protección de “su amigo” Branko Marinkovic, presidente del Comité pro Santa Cruz durante la gestión 2007 – 2009, es decir en la época álgida del intento separatista- terrorista de la Media Luna. Fue Branko Marincovik quien retomo la tradicion paramilitar de los 70 para “repotenciar” a la UJC desde el Comite Civico y enfrentar al estado boliviano en su intentona separatista.
“Tuvimos buenos y malos presidentes en la UJC pero todos aportaron para crear una identidad cruceña y a amar a nuestra raza, como Luis Fernando Camacho (…) y actualmente con Jorge Begner Hollweg. No puedo decir quién nos los dio, pero siempre tuvimos y tenemos a disposición laques, bates, palos, escudos, manoplas, sables de hierro y hasta gases lacrimógenos”, contaba “León 88”, militante de la UJC en 2007
Hoy cumple años un gran líder cruceño y expresidente del Comité pro Santa Cruz pero todo un gran amigo, Branko Marinkovic, quien entregó todo, su libertad y su vida, por su pueblo. pic.twitter.com/uVzNrgH2pI
— Luis Fernando Camacho (@LuisFerCamachoV) August 21, 2019
Como es sabido, la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) es una organización ultraderechista de Santa Cruz de la Sierra, catalogada por la Federación Internacional de Derechos Humanos como “una especie de grupo paramilitar fascista“. La táctica de la UJC, en sus acciones es típica de las agrupaciones paramilitares: sorprender y atacar en grupo, con armas contundentes a personas desarmadas, aisladas, débiles, se alimenta con la impunidad que los protege. Incluso la embajada de Estados Unidos describia a los miembros de la UJC en 2008 como “racistas” y “fanáticos”, haciendo notar que “han atacado con frecuencia instalaciones y personas pro-MAS y del gobierno”:
FUENTE: Wikileaks 08LAPAZ693
En los días violentos de 2006, 2007 y 2008, la UJC constituyo el principal brazo armado para la implementacion de tacticas paramilitares en Santa Cruz, mientras convidaron a otros comités cívicos y “organizaciones” en Tarija, Beni y Pando a sumergirse en el caos y la anarquía.
En las provincias orientales de la llamada “media luna” boliviana, donde las organizaciones de Santa Cruz habían capitalizado mayor fuerza política, detonaron la violencia que debía ser orientada a la defección de Morales, llegando a realizar un atentado contra el gasoducto de la ciudad de Yacuiba (Tarija), sitio que exporta gas a Brasil y Argentina.
Del total de 70 casos de violencia política registrados en el período, en la gran mayoría el agresor directo ha sido señalado por las víctimas y/o la prensa como “miembros de la Unión Juvenil Cruceñista”. Se registra a la UJC como agresora directa en 61 de los 70 casos, lo que equivale a un 87%, mientras que el restante 13% se reparte entre sectores como los ganaderos, especialmente en el caso de Camiri, universitarios, cívicos o bien personeros de las Prefecturas, y al menos en una ocasión, se identificó a los agresores como a miembros de la Falange Socialista Boliviana.
A continuacion, veremos de forma detallada los 16 tipos de tacticas y agresiones desarrollados por los paramilitares en 2006, 2007 y 2008, que se repetiran puntualmente entre fines de 2018 e inicios de 2020 en Bolivia:
-Amenazas
-Extorsión de la libertad de movimiento y/o impedimento de circulación
-Agresiones físicas
-Asaltos a oficinas, instituciones y domicilios
-Atentados con disparos a oficinas, instituciones y domicilios
-Intimidación o amedrentamiento
-Destrucción (quema) de vivienda o instalaciones
-Listado con Amenaza pública a “traidores” de Santa Cruz
-Secuestro
-Amenazas de aplicación de la justicia comunitaria
-Toma de trancas
-Enfrentamientos violentos fisicos
-Sabotaje.
-Enfrentamiento con armas de fuego
-Atentados con explosivos
-Atentados con disparos a oficinas, instituciones y domicilios
FUENTE DE LOS CUADROS: CEJIS El Conflicto de Septiembre 2008
A continuación se señalan cinco casos (que no forman parte del comentario estadístico) de agresiones por parte de “autoridades cívicas”, lease UJC, registradas en la Chiquitanía en 2008 como parte del proceso electoral
1: Negación de permiso vial a la organización indígena. . La organización indígena no pudo ejercer su derecho de ir a los asientos electorales y fiscalizar el proceso.
2: Voto Público. Obligaron a la gente a la gente a votar por Rubén Costas en la vía publica, impidiendo el derecho al Voto secreto: Mesa 11180.
3: Destitución de delegados de mesa de sufragio que eran indígenas. Destituyeron a los delegados de mesa
4: Agresión física y amenaza. La Unión Juvenil Cruceñista agredio al responsable de MAS en San Ignacio, mientras fue a comprar combustible .
5: Persecución e impedimento para votar. Impidieron de ejercer su derecho al voto a Hugo Rivero (Encargado de Migración). No lo dejaron ingresar al recinto electoral representantes del Comité Cívico y la Unión Juvenil Cruceñista. No pudo cobrar su sueldo por falta de carnet de votante, en su segundo intento de votar, le quitaron su movilidad, la que pudo recuperar a través de una solicitud a la Fiscalía. La persecución se mantuvo al igual que amenazas por teléfono.
Como ha podido observarse, los tipos de agresiones de 2006-2008 son los mismos que hemos visto en Bolivia en 1971-1980 y desde el 21 de Octubre de 2019 hasta el dia de hoy, excluyendo los asesinatos (que seran ejecutados por las FFAA y la Policia). Eso marca una clara identidad operativa y una “tradicion regional”: Santa Cruz es cuna y semillero del paramilitarismo boliviano, lo cual no disminuye la importancia de otros “aportes”.
La derrota del movimiento separatista en 2008 desarticulo temporalmente a las organizaciones paramilitares que, al cabo de 10 años, emprenderían nuevamente sus acciones, expandiendo a nivel nacional las 16 tácticas explicadas, antes, durante y después del Golpe de estado del 10 de noviembre de 2019.
17 Enero