Todo comienza con el chico del bate. Es un chico de secundaria con unos patines dorados y un bate torcido que se dedica a golpear o asesinar a la gente en la calle. Curiosamente, los agredidos experimentan una emoción de libertad o mejor dicho, de serenidad después de la agresión, por lo que se empieza a rumorear que el chico del bate libera a aquella gente que se siente atrapada o acorralada. La primera víctima tendrá un papel fundamental en la historia, Tsukiko Sagi, la creadora del perro Maromi, que también es importante. A mí a veces este personaje me exasperaba un poco por su extremada introversión.
El dibujo de la serie me encanta, los personajes están muy bien hechos y cuenta una historia/s de lo más interesantes. Es un anime para adultos que todo seguidor de las series japonesas debería de ver.