Paranoia del jefe malo

Por Liderarte

Estos últimos meses estoy realizando un trabajo temporal y he constatado una vez más un fenómeno jefe-subordinado que suele repetirse en las empresas. Es el “temor al jefe”. En este tema hay dos caras. Generalmente, solemos pensar que si hay temor al jefe es porque éste será demasiado autoritario, rígido, exigente. En muchas oportunidades esto puede ser cierto, pero reflexionemos un poco sobre la otra cara del asunto.

Estoy convencida que en diversas ocasiones ese temor no es fundado. No lo es al menos por el lado del jefe. Hay un algo de percepción que influye muchísimo en la relación que se tiene con él. Y esta percepción puede estar muy marcada por el concepto de jefatura que tenemos en nuestro cerebro, o tal vez por extrapolación de experiencias con otros jefes.

La semana pasada, por ejemplo, mi compañero estaba muy preocupado porque “el jefe” lo había buscado en su escritorio en un momento en que él se había ausentado del mismo. Su nerviosismo fue muy alto cuando lo pusimos sobre aviso. “Justo en el momento que me levanto tiene que venir!!, cómo se habrá puesto el jefe!, me quiero morir…”. Me pareció muy exagerada su reacción y gracias a que mi trabajo aquí es de sólo dos meses, no llego a sentir el fuerte lazo jefe-subordinado… así que aproveché a reflexionar un poco desde la “lejanía” de la situación. La verdad es que el jefe parece una persona muy seria, pero muy amable y allegado. Además, ¿puede acaso esperar que sus empleados estén siempre en el escritorio? Hablaría muy mal de ellos, ya que para un trabajo bien hecho es necesario contactar con colegas, buscar y guardar cosas… o hasta hacer un descanso para tomar un café o ir al baño. Cuestiones básicas, ¿no? El jefe no parecía ofendido cuando dijimos que Pepe no estaba en el escritorio. La misma situación la viví con dos personas más en las últimas semanas.

¿A qué se debe ese temor al jefe? Hablo de empleados que hacen bien su trabajo, que al momento en que no estaban en el escritorio estaban cumpliendo con sus deberes buscando información, recibiendo personal o trasladando cosas al archivo.

Me dejó pensando unos días… y encontré algunas razones:

En momentos de crisis el miedo a perder el empleo puede incrementarse, y entonces crece la necesidad de satisfacer al jefe, al punto de querer satisfacerlo en todo y estar siempre disponibles para él.

Probablemente el jefe anterior haya sido muy autoritario y de carácter un poco gruñón.

Alguno de los empleados son de la “vieja escuela”, donde la disciplina al estilo militar reinaba también en el trabajo.

Otros empleados son muy nuevos y están generando las primeras impresiones en el jefe, queriendo satisfacer y caer bien a toda costa.

Después de pensarlo varios días me convencí de que el jefe no tenía mucho que ver. Es más bien un preconcepto de los empleados que puede estar fundado en diversas razones.

Mi consejo para los jefes… asegúrense de generar confianza entre los empleados. La base fundamental para lograr compromiso es la relación de confianza existente entre empleado y jefe.

Mi consejo para los empleados… denle una oportunidad al jefe. Dejen los preconceptos, relájense en este aspecto y orienten todos los esfuerzos a cumplir las tareas con excelencia. No se distraigan queriendo complacer en todo al jefe, que vuestros resultados hablarán por sí mismos.