Parece que algunos comerciantes quieren vivir de las subvenciones

Publicado el 26 octubre 2013 por Catalega @Catalega
Sé que este artículo va a crear polémica y que muchas personas no van a compartir mis opiniones. Lo entiendo y soy consciente de que es muy complicado remar contra corriente, pero las actitudes de los comerciantes “de cercanía” no dejan de sorprenderme. Primero lo del nombre “comercio de cercanía” imagino que se debe a que se trata de comercios que están en los barrios, en la calle, y no ubicados en centros comerciales, por lo demás no entiendo lo de “cercanía”, pues muchas veces están muy lejos de las necesidades de los consumidores ya que, por un lado, cuentan con horarios muy limitados y por otro, sus precios en muchas ocasiones son muy elevados. Y la pregunta es, yo como consumidor, ¿tengo que comprar en el “comercio de cercanía” solo por el hecho de que no se trata de grandes superficies o tiendas franquiciadas?, ¿esas son las únicas razones? Porque yo, como consumidor, miro el precio de las cosas que compro, pero también el horario de los establecimientos y los servicios que me ofrecen; y en la mayoría de las ocasiones las grandes superficies o las cadenas me ofrecen mucho mejor servicio y precio. ¿Por qué entonces he de comprar en el “comercio de cercanía”? Y ayer leía una noticia que decía que la Federación Provincial del Comercio “Comercio Córdoba” mostraba su apoyo a la imposición, por parte de la Junta de Andalucía, de un impuesto que se destinará a programas para la mejora y fomento del “comercio de cercanía”. Y es que los comerciantes apoyan la creación de un impuesto a las grandes superficies comerciales que sirva para crear un fondo de apoyo al “comercio de cercanía”. Al parecer se trata de un tributo que ya existe en  siete Comunidades Autónomas (Aragón, Asturias, Canarias, Cataluña, Islas Baleares, Navarra y País Vasco) y que está llamado a convertirse en un instrumento para el mantenimiento de este tipo de establecimientos en Andalucía, para la creación de empleo de calidad y para la dotación de espacios públicos que mejoren los entornos de los centros comerciales abiertos, según informaba la propia asociación de comerciantes. Y este impuesto, ¿quién lo gestionaría?, ¿quién desarrollaría estos proyectos de ayuda al “comercio de cercanía”?, ¿la propia Federación de Comercio?, ¿sus dirigentes?, ¿cualquier establecimiento tendría derecho a estas ayudas o solo los asociados?... Volvemos a lo de siempre, ¿la viabilidad del “comercio de cercanía” se ha de garantizar vía impuestos?, ¿es la administración, y los demás con sus impuestos, los que han de financiar este tipo de negocios? En mi casa se compra mucho en los “comercios de cercanía”, pero también en las grandes superficies; es decir, compramos donde nos interesa y donde nos es más rentable, ¿no es mejor dejar que el propio mercado se organice y que perduren los negocios rentables y que ofrezcan un mejor servicio? Lo que da la sensación es que algunos comerciantes quieren vivir de las subvenciones.