¿Alguna vez has visto animales en la forma de las nubes? ¿O tienes en tu casa algún objeto que parezca que tenga una cara propia? A veces parece que a nuestra mente le guste jugar con nosotros, aunque no nos demos cuenta de ello.
El fenómeno de ver caras o figuras conocidas en objetos inertes tiene un nombre, pareidolia.
Jeff Hawkins describió en su trabajo Sobre la inteligencia que el cerebro humano trabaja principalmente sobre la memoria y el reconocimiento de patrones, con el objetivo de ganar velocidad a la hora de reconocer objetos que le son nuevos.
Una teoría de por qué se produce este fenómeno está relacionado con la evolución y supervivencia humana, y apunta a que se trata de un vestigio de la época en la que la habilidad para distinguir una cara era determinante para la supervivencia.
De este modo, nuestro cerebro aprendió a estar alerta y a componer caras con elementos aleatorios del ambiente. Es mejor ser precavido y huir de un escenario sin depredador, que quedarse en él por no haber sabido reconocer un peligro real.
Hoy en día, este fenómeno nos brinda momentos simpáticos en los que vemos caras en objetos inanimados.
Es el caso, por ejemplo, de las conocidas caras en la superficie del planeta Marte:
Comida, objetos cotidianos o incluso edificios, no escapan del efecto de la pareidolia:
¿Conocías este fenómeno? Puedes utilizarlo también como herramienta de juego con los más pequeños, ¡pruébalo!